clausura

El “tuerto” la vio más clara y tomó la punta

Cuando Defensor Sporting anotó el gol al cierre del primer tiempo, se podría decir que era el premio al equipo más vistoso hasta ese momento. Una incursión de Zeballos, de las pocas que tuvo, llegó al fondo, desacomodó al marcador aurinegro, metió el balón al medio y Risso tirándose dentro del área hacia delante anotó y puso a gritar a medio Franzini.

Sin embargo en ese momento a Peñarol le quedaba un tiempo para recuperarse, aunque la imagen al terminar el primer tiempo fue palidísima, como lo ha sido Peñarol en la cancha a lo largo de todo el torneo. Ayer Peñarol volvió a ser un equipo nublado, cuyo técnico además no tiene la claridad necesaria, porque el equipo que pretende en cancha no funciona y lo que es peor, cada vez juega menos.

“Polilla” cambia y cambia y por más que mueva piezas el equipo no encuentra el rumbo. Defensor, en el segundo tiempo, incluso fue más que Peñarol, pero no porque en el terreno se haya visto como superior, sino que fue inteligente, controló el trámite, supo sacar rédito del nerviosismo del rival y jugó con el reloj como aliado. El carbonero jugó apurado y entreverado, sin encontrar el rumbo y determinó que todo fuera “a lo que saliera”. Y dentro de ese panorama es difícil culminar con criterio en el arco contrario.

Es cierto que a lo largo de todo el partido Defensor Sporting fue mas vistoso, movió la pelota de otra manera, diferente a lo que hizo Peñarol, que arrancó mal el primer tiempo y lo terminó peor.

De todos modos Peñarol en el primer tiempo tuvo alguna posibilidad de concretar como un tiro libre de Estoyanoff que saca Campaña, bien parado en el arco, y una sacada providencial de un defensor violeta cuando entraba Olivera a convertir. En el complemento se puede analizar como que el carbonero fue un equipo apurado, con muchas ganas pero sin ideas ante un Defensor que defendía ese gol del primer tiempo con uñas y dientes.

Después llegaron las piedras, la suspensión de un buen rato del partido y después más entrevero hasta el pitazo final de Silvera, que corona la victoria violeta. Peñarol entra en una semana difícil, que tendrá como punto determinante el clásico del domingo.

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