Opinión

1º de Mayo: el futuro es de los trabajadores

Estamos ante un año muy particular en materia de recuerdos y conmemoraciones. Hace 40 años, un 27 de junio de 1973, se produjo un golpe de Estado en nuestro país, se instaló el terrorismo de Estado y Uruguay vivió así el peor período de su historia. En esa fecha la clase obrera uruguaya organizada en la Convención Nacional de Trabajadores, respondió con la huelga general y la ocupación de los centros de trabajo durante 15 días. El mundo se sintió asombrado ante aquella demostración de un pueblo en lucha en defensa de la democracia y la libertad. Diez años después, luego de batallar con firmeza y heroísmo, los trabajadores y amplias capas de la sociedad uruguaya volvieron a retomar la ofensiva, a pesar de estar ilegalizada la central de trabajadores al igual que los partidos de izquierda; en rigor, todo el sistema político estuvo impedido de actuar bajo la dictadura. Gracias a la presión popular, en mayo de 1981 la dictadura cívico-militar firmó un decreto que permitió crear “asociaciones profesionales”, las cuales fueron aprovechadas por los trabajadores para organizarse nuevamente. En 1983, en pleno retroceso del proceso dictatorial luego de haber fracasado su proyecto constitucional para perpetuarse en el poder (1980), se realizó un acto del 1º de Mayo y se creó la organización llamada Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT), que ya en democracia pasaría a llamarse PIT-CNT. A partir de allí los sectores populares y democráticos comenzaron a concretar zonas crecientes de encuentro, hasta que lograron derrotar a la dictadura. La democracia volvió el 1º de marzo de 1985. A partir de esa fecha hasta el día de hoy, la democracia siguió avanzando, lo que se profundizó con la llegada al gobierno de las fuerzas progresistas a partir de 2005, con las presidencias de Tabaré Vázquez y José Mujica. Toda esta realidad se dio en medio de un proceso contradictorio, donde el neoliberalismo se encaramó durante diez años en los gobiernos de Luis Alberto Lacalle y Jorge Batlle, particularmente. En el centro de todas las batallas por revertir las políticas neoliberales, estuvo la central de trabajadores -que hoy tiene amplias coincidencias con el programa frenteamplista- que abrió caminos hacia un Uruguay de cambios que están en plena realización. Seguramente el fortalecimiento del movimiento sindical tiene mucho que ver con que el PIT-CNT ha mantenido su independencia de clase, pero que a la vez ha sabido comprender las diferencias existentes entre las fuerzas del progresismo y del neoliberalismo. Vaya a todos los trabajadores nuestro saludo en su día mundial, que por cierto lo tienen bien merecido. A la vez hacemos votos para que sus familias sientan en lo profundo de sus convicciones que el futuro es de ellos.

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