Domingo, 7 de Abril, 2013. Montevideo - Uruguay
Edición Impresa
Iniciar sesión Registrarse

en el bicentenario

Repensando la historia

Ivonne Passada
Representante Nacional
mpp
PUBLICADO el Viernes 5 de abril, 2013

En estos días, el presidente de la República nos ha invitado a reflexionar sobre las Instrucciones del Año XIII, en el marco de su conmemoración por el Bicentenario. A algunos uruguayos les cuesta mucho reivindicar nuestras raíces, más allá que la Escuela Pública ha sido un sostén permanente de nuestro acervo cultural e histórico; nuestra formación patriótica y nuestras referencias con la historia no han sido la agenda permanente de nuestros líderes o liderazgos, más allá de que las ideas de Artigas han impregnado los cambios sociales y económicos de nuestra gente.

Es indudable, cada vez que nos ponemos a leer el Ideario Artiguista, la pasión por el mismo.

Es bueno comenzar a recuperar estos valores que la historia nos ha regalado con la presencia de un estadista y revolucionario, lo que muchas veces nos coloca en un pasado histórico inigualable en una América que se construía con incipientes bases democráticas, donde el sostén de la soberanía lo colocaba en manos de su pueblo, donde Artigas tuvo bastante que ver con estas ideas.

Muchas de nuestras confrontaciones o miradas desiguales en la región tienen su historia de más de 200 años; el desarrollo pleno y contenido de las Instrucciones van en esa lógica: la Revolución Oriental, Artigas y la Provincia proponían un proyecto de país del que no hay nada más cercano al proyecto de cambio que han colocado nuestros gobiernos en estos últimos ocho años.

¿Qué diferencia hay con el concepto de independencia de las Instrucciones del Año XIII que hacían de esta una defensa total a la soberanía nacional y el derecho a la autodeterminación de nuestro Estado-nación, con los actuales intereses que se imponen desde el gobierno nacional y la acción permanente de nuestros ciudadanos?

La República, y vaya qué ejemplos hemos tenido estos años de republicanismo por parte de nuestros gobernantes, tanto por parte de Tabaré Vázquez como de José Mujica, preservando en todas sus formas en la democracia representativa, pluripartidaria y participativa, esencial para la convivencia, y vaya que nuestro pueblo frenteamplista pagó con sus vidas y aquellos fieles políticos de partidos tradicionales, que supieron estar a la altura de los acontecimientos, cuando una noche oscura e infame, hace 40 años, cerró las puertas de la democracia, o sea, del Parlamento uruguayo, y traicionaría al ideario artiguista, el mismo que un 5 de abril les pedía a sus diputados: “Honradez, prudencia, probidad, austeridad y lealtad”, esa noche algunos lo traicionaron a Artigas y a su pueblo, y aún le deben explicaciones al soberano por tales injusticias.

¿Qué diferencia hay entre la actual integración latinoamericana que impulsan nuestros gobiernos, desde el Mercosur, Unasur y la Federación de las Provincias que buscaban vincular las ideas de Artigas? Por eso una región rica como la nuestra debe atender todas las asimetrías, las mismas que se sustentaban en aquella época. El problema de la tierra, por ejemplo, que ya era uno de los temas de desvelo de ese momento.

Poblar la campaña, y distribuir con más justicia a los orientales, más allá de que los malos americanos y peores gobernantes de nuestro país hicieron que miles de colonos tuvieran que esperar más de 60 años para que la tierra del Estado fuera al Instituto de Colonización. Hoy contamos con más de 375.000 hectáreas en todo el territorio nacional, siendo que más de 150.000 hectáreas están en manos de verdaderos colonos, donde se tienen 2.000 colonias en las cuales trabajan 3.000 personas que optaron por asentarse en el medio rural, confirmando aquello que nos decía Artigas para poblar la campaña:

12° “Los terrenos repartibles son todos aquellos de emigrados, malos europeos, y peores americanos que hasta la fecha no se hallen indultados por el jefe de la Provincia para poseer sus antiguas propiedades”.

Los menos privilegiados y los más pobres sin duda debían tener las mejores oportunidades para que fueran más felices. Este pensamiento que inundaba los conceptos de 1813 fue atendido en todos los términos posibles.

Cuando un proyecto de patria, de nación, se construye entre todos deja de estar en riesgo, y vaya que nuestra patria estuvo en riesgo cuando en plena crisis algunos niños comían pasto, o sus pobres dentaduras carentes de dientes les ocultaban sus sonrisas. Cuán grande fue la alegría de aquel niño que recibió su primera ceibalita en un lugar postergado del territorio nacional.

Al igual que hace doscientos años enfatizamos el significado que el protector de los pueblos libres le diera a la libertad. Estamos haciendo patria, con el mismo concepto de pueblo que entendía Artigas.

Para las ideas artiguistas, la libertad es una construcción permanente, y se gana mediante el sacrificio y el patriotismo.

Es en esta lógica que debemos colocarnos, nuestro primer compromiso es con nuestro pueblo. “Mi autoridad emana de vosotros y cesa frente a vuestra presencia soberana”, decía Artigas, y ese sacrificio es también devolverle al pueblo lo que el pueblo nos dio como responsabilidad republicana, en su máxima expresión, desde la separación de nuestros poderes del Estado, los cuales deben respetar también el equilibrio de estos; no puede uno ahogar el otro, si no, iría en la ruptura de la convivencia republicana, garantía esencial para todos nuestros ciudadanos.

Artigas le otorgó a la autoridad la idea también de la libertad, y cuestionar a la autoridad es cuestionar a los pueblos que optaron ser libres, libertad que se basaba en tres pilares básicos: ley, libertad que confronta con el concepto de dominio, y pueblo. Cuando hoy cuestionan a nuestro gobierno o a nuestro mandatario cuestionan estos pilares.

Por eso sigamos repensando la historia, esta historia que nos permitirá seguir construyendo el futuro.

Share
Volver arriba

Aún no hay comentarios.

Debes estar registrado y haber iniciado sesión para poder realizar comentarios. Registrarse