LA LENGUA NO ES DE TRAPO

Posesivo que no es tal

Por regla general, los hispanohablantes consideramos que la preposición ‘de’ indica pertenencia: soy de Montevideo; la obra de Onetti; el auto del vecino; etcétera. Asimismo, usamos los posesivos para indicar quién es el poseedor o el dueño de algo; así, “el auto del vecino” viene a ser “su auto”, y “la casa de nosotros” es “la casa nuestra”.

Aclarado esto, veamos otros giros en que la preposición ‘de’ no indica pertenencia o posesión y que motivan enunciados disparatados como el que hoy nos convoca. Por ejemplo, el enunciado “la solución del problema no depende de mí”, no puede cambiarse por “la solución del problema no depende mío”.

Es común oír enunciados como este: “Detrás nuestro venía un auto a todo lo que daba”, en el que se ha confundido la correcta expresión ‘detrás de nosotros’ como si ese ‘de nosotros’ implicara posesión. ¿O acaso alguien piensa que nosotros poseemos o ejercemos un cierto derecho de propiedad sobre lo que señala el adverbio ‘detrás’? ¿Somos nosotros, acaso, los dueños de ‘detrás’?

Evidentemente, el problema tiene que ver con que, como la forma correcta es ‘delante de mí’, ‘detrás de nosotros’, ‘debajo de ti’, tendemos a considerar que se está expresando una idea de posesión. Asimismo, hay que desterrar expresiones como ‘cerca mío’ o ‘lejos tuyo’.

-Bueno, ahora no se burle mío y mande la vuelta de una vez.

-¡Qué lo parió!

Volver arriba