tiempos modernos

El desprecio hacia Hugo Chávez

La muerte de Hugo Chávez ha conmovido al mundo. Incluso sus más firmes adversarios han reaccionado con respeto. Pero nadie puede asegurar que las derechas, en los próximos días, mantengan la cautela que han demostrado en las últimas horas.

Toda persona más o menos informada es consciente de que Chávez no solo supo cosechar amigos, sino también enemigos. Pero lo más extraño de todo es que sus enemigos han demostrado un particular odio por esa persona que nació de las entrañas del pueblo venezolano.

¿Por qué tanto odio con Chávez, por qué tanto desprecio? No hay la menor duda, si es que intentamos conocer una razón, que las clases dominantes de Venezuela y de la región no disimularon su rechazo.

Se me puede decir que el programa de Chávez, su modelo de gobierno, era la antítesis de las propuestas que históricamente han esgrimido los poderosos. Y eso puede ser cierto, pero no me alcanza, en tanto no soy de los que creen que los cambios chavistas fueran extremadamente radicales.

¿Lo odian porque es amigo de Fidel? Puede ser. ¿Lo odian por sus críticas a los poderes imperiales y sus fuertes apuestas a la integración regional? Puede ser. Y así podríamos seguir, con distintos ejemplos…

Estoy absolutamente convencido de que Chávez es odiado por razones raciales y de clase, pero fundamentalmente porque las oligarquías tienen un profundo desprecio por los militares que se integran a los movimientos populares y democráticos.

Para nuestra clases dominantes, que cada vez tienen menos incidencia política en América Latina y el Caribe, un buen milico es aquel que está siempre pronto para ser parte del terrorismo de Estado, mientras que a la vez es mal visto si lidera a una sociedad en pleno desarrollo democrático y de justicia social, teniendo una visión integradora de las economías de las sociedades latinoamericanas.

Un milico es bueno si mata, si tortura, si hace desaparecer a patriotas identificados con la libertad y la democracia; pero es malo si construye escuelas, si mejora el nivel de vida de la gente, si se identifica con las luchas por las soberanías nacionales. Esto parecen pensar las élites oligárquicas, pro-imperialistas, cuando llega la hora de juzgar a hombres como Hugo Chávez.

Los uniformados, para las clases poderosas, solo son respetables si se alejan de los pueblos y de sus sueños y esperanzas.

Hugo Chávez llegó al gobierno con su pueblo. Hoy sus restos guardarán reposo, pero desde el fondo de su último lecho seguirá dando el ejemplo de lo que es un uniformado del pueblo.

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