opinión

Derechos laborales de trabajadores en tareas del hogar

Reivindicaciones laborales postergadas entre las postergadas, eran las del servicio doméstico en Uruguay hasta que llegó el Frente Amplio al Gobierno.

Rechazo el término “domésticas” porque parece instalar un subvalor para denominar a la gente, ya que lo referimos a los animales que criamos en casa y también a las sirvientas, trabajadoras por salario que se dedican a actividades propias de la casa. Sería importante pensar en otra denominación genérica como “empleados y empleadas de las tareas del hogar” o similar. El 99% son mujeres.

Uno de los logros antes impensable de la democracia izquierdista fue y es atender las necesidades de asalariados de sectores especialmente deprimidos, promover que se agremiaran y tuvieran respaldo sindical, consejos de salarios para negociar colectivamente y lograr remuneraciones dignas, reales y sostenidas en el tiempo con sus correspondientes aumentos legales.

¿El sindicato de las sirvientas y los peones de campo? ¿Qué es eso?

Limpiar, hacer mandados, cocinar, planchar, servir la comida, atender la puerta o el teléfono, cuidar enfermos, cuestiones que parecían no existir a la hora de la justicia en el pago de los sueldos y ajustes, seguridad social y demás derechos devenidos de la relación laboral.

En el 2006 cuando se aprobó la ley 18.065 Uruguay se transformó en pionero en la regulación del trabajo doméstico. Reconocer a la empleada de la casa como una trabajadora con todos sus derechos exigió una transformación cultural en nuestro país, el primero del mundo en ratificar la Convención Internacional sobre Trabajo Doméstico -hoy ley 18.899/2012- que apunta a aumentar la formalización del sector.

El texto dice poco y dice mucho: “Apruébase el Convenio Internacional del Trabajo N° 189 sobre el trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos”.

Para el gremio, el primer día que fueron convocadas a consejos de salarios es histórico y lo conmemoran actualmente como su día especial cada 19 de agosto.

Se debe luchar constantemente no solo para avanzar en las reivindicaciones sino para mantener y materializar lo logrado. Para eso es necesario que se acerquen y se unan. Si las despiden por afiliarse al sindicato, eso es ilegal; denuncien ante el Ministerio de Trabajo según ley 17.940 de libertad sindical, también creada al amparo de la Administración frenteamplista.

Desde aquí y en el Mes de la Mujer, sentí la motivación de decirles que no reculen ni para tomar carrera, que sigan adelante porque es el momento y la hora de corregir inequidades que nuestra sociedad arrastraba como pesadas e inamovibles cadenas que hemos comprobado Gobierno progresista mediante, que no eran eternas.

Debemos volver a poner al Frente Amplio al frente del Uruguay, como garantía de búsqueda de la justicia en la repartición de la riqueza de un país que crece y alimenta a sus hijos sin arbitrariedades, velando por los intereses colectivos de los diversos sectores que integramos una patria libre, que para eso debe ser disfrutable en igualdad de oportunidades y condiciones de vida.

¡Salud mujeres que trabajan en “casas de familia”! Tengan presente que colaboran con el crecimiento del Uruguay como cualquiera de sus integrantes cuando ejerce con responsabilidad su ciudadanía. Y eso también supone hacer valer derechos laborales para que no haya evasión de impuestos y enriquecimientos ilícitos derivados.

Ustedes pueden. Nosotras y nosotros podemos… juntos.

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