asonada por 18 de julio
Publicado el jueves 6 de junio, 2013
El ministro Eduardo Bonomi dijo que no necesariamente se habla de grupos políticos cuando se indica que radicales serían los responsables de haber participado de los desmanes en la sede del Poder Judicial en la pasada noche del martes.
El director nacional de Policía, Julio Guarteche, señaló ayer que “grupos radicales” fueron los responsables de las roturas en la Suprema Corte de Justicia (ver página 7). Bonomi aclaró que “no hablamos de grupos políticos” sino de “infiltrados que buscan el momento” y agregó que tampoco se pueden asociar con parciales de algún club deportivo, relatando que también en la pasada noche del martes, una persona vestida con los colores de un equipo de fútbol perpetró un asalto en un comercio capitalino.
Bonomi dijo que en materia carcelaria, “la meta es acabar con el hacinamiento”.
El secretario de Estado participó anoche en un evento sobre “estrategia para la seguridad” organizado por el sector Asamblea Uruguay del Frente Amplio. En la oportunidad, Bonomi y el ex director del Observatorio de Criminalidad del Ministerio del Interior, Rafael Paternain, coincidieron en que la situación de la violencia “debe ser analizada con independencia de la gestión política” y estuvieron de acuerdo también en que el delito actual tiene “rasgos nuevos, propios y más complejos”. Además, participaron el sociólogo Luis Eduardo Morás y la asesora en materia de género del Ministerio del Interior, Marisa Lindner. Bonomi destacó que tanto la represión como la asistencia social aplicadas de manera separadas “fracasan” y, al igual que Paternain, se preguntó “por qué la violencia aumenta cuando los índices económicos han aumentado significativamente”.
“No hay que ver si hay más o menos robos, sino por qué se producen. Ese debe ser el debate”, disparó. “Este fenómeno se analizó en varios países –dijo– y es porque cuando una persona participa de una actividad criminal durante una recesión económica, pierde vínculos con la actividad legal y formal de la economía; es decir, aprende a cometer crímenes, se especializa y perfecciona y adopta vínculos criminales difíciles de quebrar”. Bonomi aclaró que esta situación no tiene que ver con la pobreza “sino con el que perdió el trabajo durante años”; y destacó que los porcentajes más altos de delitos “se dieron entre 1999 y 2004” y “los más bajos, entre 2004 y 2010 pese a que la derecha nos dice exactamente lo contrario”. Acerca del sistema penitenciario, el ministro sostuvo que la política de los derechos humanos aplicada en las cárceles “no es el objetivo” en los establecimientos carcelarios, “sino que sí lo es la rehabilitación de los presos, que va de la mano de los derechos humanos”.
“Si hay un 70% de reincidencia, funciona muy mal desde el punto de los DDHH y funciona mal desde la seguridad porque en la cárcel se perfecciona en cometer delitos. Los DDHH no es el objetivo sino rehabilitar”, subrayó. Bonomi dijo además que la meta es acabar con el hacinamiento en el sistema carcelario “con políticas de estudio, trabajo y recreación (porque) las cárceles deben formar parte del sistema de seguridad”. El sociólogo Rafael Paternain, por su parte, entiende que la izquierda “debe necesariamente plantearse una actualización programática” en materia de “convivencia y seguridad” y llegó a proponer la creación de un “ministerio de la seguridad” a fin de instrumentar políticas sociales que apunten a reducir los índices delictivos. También planteó que “no es posible obtener resultados sin reformas estructurales del Estado profundas” a fin de controlar la violencia.