TIEMPOS MODERNOS

Morteros y fuegos artificiales

- ¡Qué horrible! En Estados Unidos murieron siete soldados probando un mortero.

- ¿Cómo qué horrible? Los tienen que probar a ver si andan. Son gente seria. No es la primera vez que les venden morteros que son puro ruido.

- ¿Qué dice? ¿Que estos fallaron? Explotan donde no deben.

- ¿Cómo que fallaron? Son morteros. Tienen que matar gente. Para eso los compran. Si quieren algo para asar carne u otra cosa, comprarían esas cacerolas con tapa para poner carbón. ¡Morteros!

- Bueno, pero tienen que matar a los otros.

- Tienen que matar y chau. Usted es como Oddone. Gabriel Oddone nunca manejó un cazabombardero y viene a hablar de tasas de interés. Vamos. Estamos infestados de gente como usted. Nunca dio vuelta un bol sin que el merengue se le desparramara. Nunca operó a nadie de cataratas. Nunca pasó un camello por el ojo de una aguja y viene a sacar cálculos sobre la inflación. Y usted, a pontificar sobre lo que es horrible o no es horrible.

- Pero.

- Pero nada. Morteros. Deje que se encarguen los que saben de eso.

- De todas esas cosas.

- Si, alguno habrá. Difícil es lo del merengue a nieve; porque los tractores son más o menos como un auto.

- Un mortero que no explotó es el que le tiraron a Calloia.

- Eso estaba sabido. Bastaba verlo responder, bien gallito, para darse cuenta de que tenía todo muy atado.

- Pero mire que le dieron ¿eh?

- Se enredaron solos. Calloia les avisaba que no podía hablar por el secreto bancario, pero tenía más garantías que Anda.

- Sí. La verdad que en foto no parece, siempre prolijo, pero es bien calderita.

- Se juntó con Lorenzo, que es más modelo hincha de River. Tan calentones, que jugaban en el mismo cuadro y terminaron calentándose entre ellos.

- Y a los dos les subió la presión.

- Pero la ganaron. Están tristes los que se alegraban por un error de “los infalibles” del equipo económico.

- Trece palos verdes de arriba ganó el Estado.

- Y la reacción de los opositores a Mujica, medio lamentable. Moreira en lugar de disculparse, dijo que quedaba probado que López Mena intervino. ¿Y?

- Si, obviamente lo que insinuaban no era que intervino, cosa que él mismo se encargó de divulgar llamando a El Observador y reuniéndose en la vereda, sino que el Estado estaba favoreciéndolo.

- Con amigos así… Terminó pagando trece palos y pico porque el gobierno no le aflojó las condiciones.

- Ahora dicen que le prestaron plata.

- Es lo que hacen los bancos. Prestan plata contra garantías. Y ese préstamo fue derecho al fabricante de un nuevo barco.

- Todo lindo, pero ¿y Pluna?

- Ese es otro mortero distinto.

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