“Otras cuatro empresas estudian exploración minera de hierro en el país”

En diálogo con LA REPÚBLICA, analizó los principales ejes de la ley de minería que se votará en el Senado. Impuestos progresivos “con un modelo noruego’” que dejarán al Estado cerca del 50% de las ganancias, planes sobre el cierre de las minas y la búsqueda “de generar valor agregado para industrializar”.

“En el primer semestre del año”, piensa el ministro de Industria, Energía y Minería, se estará aprobando la ley que regulará la minería de gran porte en el país. Consciente de que se trata de una actividad que aún tiene “bastante mala prensa’”, resalta sin embargo la solidez del proyecto uruguayo, en el que se prevé un fondo soberano “para administrar las ganancias para las próximas generaciones” e incluye “un fuerte eje para darle sustentabilidad ambiental”. Además, resalta la intención de generar “cadenas de valor hacia adelante y hacia atrás’” y afirma que hacia 2015 o 2016 el país “llegará a la soberanía energética para poder plantear una mayor industrialización”.

Se acaba de aprobar la ley de minería de gran porte en la Cámara de Diputados luego de un amplio período de discusión en el que se involucraron actores de la sociedad civil, expertos, técnicos del gobierno, entre otros. ¿Por qué cree que, pese a todo la actividad, sigue teniendo tanta mala prensa?

Creo que hay un componente fundamental de falta de información referida a cuáles son los alcances, posibilidades y capacidades, tanto de daño ambiental o no como de lo que deja la minería para el país. Hay muchos mitos en torno a la minería que ocupan lugares centrales en la discusión y muy pocos espacios donde se los pueda discutir. Además, está el hecho de que se trata sin lugar a dudas de una fuente de riqueza importantísima que, en años pasados y en otros continentes, de alguna forma ha contribuido a generar ese clima contrario, y resta ver el caso africano para ello. Pero pienso que aquí hemos hecho un debate abierto, plural, con información y datos, luego del que pueden llegar a quedar algunas organizaciones con posturas contrarias, pero creemos que se trata de visiones diferentes en torno al tema.

Entre los partidos políticos, ¿cuál cree que ha sido el grado de aceptación, no solo de la actividad en sí, sino del proyecto de ley?

Creo que es importante que los cuatro partidos políticos hayan de alguna forma u otra avalado el proyecto. Más allá de las diferencias que se dieron en la votación, se ha trabajado y discutido a nivel legislativo sobre los cuatro ejes que le dan al país entero y a la ley, una fortaleza grande.

¿Han tomado algún ejemplo o modelo internacional a la hora de concebir el proyecto?

Básicamente hay tres países que cada uno en sus áreas hemos tomado como referencia. Primero el caso noruego, no por la actividad minera, sino por el fondo soberano que ellos han creado para el petróleo, que resguarda las ganancias que le quedan al Estado con una clara mirada de largo plazo y que se alimenta de impuestos a la actividad que son del 78%. Nosotros apostamos a crear un fondo similar, con una carga impositiva que con los valores actuales de algunos minerales está en alrededor del 50%, y que puede llegar al 60% si suben los precios internacionales. Por otro lado, hay dos países con amplio desarrollo en la industria minera que nos han servido para ilustrar algunas cuestiones. Australia, en base a lo que es la seguridad laboral, el trabajo en las minas, que es un tema importante, y también a través de la capacitación de profesionales, que es un eje en el que hemos avanzado. Por último, vemos en Canadá un ejemplo de cómo se ha manejado el tema de la responsabilidad social empresaria, que es quizás la arista menos conocida de la actividad aquí en Uruguay, y que debe centrarse no solo en obras de donación o caridad, sino que es importante avanzar en lo que se denomina el “lay out”: qué queda una vez que se va la empresa minera, qué dejan en el lugar, qué impacto o no han dejado, cómo volver a incorporar a la mina ya explotada al entorno; hay algunas experiencias hasta de turismo en minas, que son interesantes.

¿En base a qué criterio se define cuándo se trata de minería de gran porte y cuándo no?

La minería de gran porte será aquella que facture mas de 100 millones de dólares. Sabemos que eso en el mundo no es considerado de gran porte, pero en Uruguay sí. Hay que ver, en primer lugar, el tamaño de Uruguay. Y además no es menor el hecho de que nosotros estamos en un territorio habitable, en el que hay explotaciones agrícolas, ganaderas, ciudades cerca, cosas que no se dan en buena parte del territorio de Brasil, por ejemplo. Por eso para nosotros gran porte es una cosa diferente. De todas maneras, el proyecto de Aratirí, por ejemplo, sería de gran porte en cualquier situación, es un proyecto que dependiendo del valor del hierro va a estar exportando, si se produce, unos 1.500 millones de dólares.

¿La participación estatal quedó descartada?

Sí. La participación estatal se va a dar solo por el contrato, tal como lo establece la ley que se votará en el Senado, y no habrá ningún otro tipo de asociación. En su momento el presidente Mujica había planteado esa posibilidad por dos temas: el primero que le preocupa es que Uruguay tenga capacidad y conocimientos, y una manera de obtenerlos era poder trabajar junto con ellos. Pero eso ha sido resuelto en parte con los convenios con Australia que mencioné antes. Y el otro eje era la viabilidad del proyecto, pero la empresa finalmente presentó sus fuentes de financiamiento, que son capital propio, capital bancario y otra parte en base a transferencias de otras minas en otros sitios. Entonces esa posibilidad quedó terminada, y se sigue con la linea privada.

¿Uruguay se va a convertir en un país minero?

Uruguay no va a ser un país minero sino un país con minería. Por el mapa geológico,  Uruguay es un país que puede tener 3, 4 o a lo sumo 5 exploraciones de este tipo, pero que son una fuente de riqueza importante.