tiempos modernos

El color que el humo me escondiera

- Vi en una foto que la caldera de donde echan humo está dentro de la Capilla Sixtina.

- ¿Adentro?

- No me extraña que estuviera llena de hollín y tuvieran que llamar a budistas japoneses a que la pintaran toda de nuevo, de celestito y rosadito.

- Si se entera el fiscal Viana.

- El defensor de causas perdidas.

- Sí, pero si es patrimonio de la humanidad, cualquier juez tiene jurisdicción. Puede aplicar la doctrina Garzón.

- Ahora, mire que capaz que la caldera también es patrimonio. Muy moderna no parecía.

- Si, capaz que San Pedro se calentaba ahí el agua para el mate.

- Mate, no sé. Las sopa.

- De pescado; no se olvide que él era pescador.

- Y, pobres viejitos, los cardenales, deben estar muertos de frío en esa sala enorme. Allá es invierno. Hay que pensar en ellos.

- Todos parecen panzones, a lo mejor son bolsas de agua caliente.

- Pero no hay mosquitos. Si no, capaz que uno del Caribe tiene dengue y así se inicia el contagio de todo el mundo.

- Menos Uruguay, que no tiene cardenal.

- Y a mucha honra y salud pública.

- Lo que puede haber son moscas. A ese techo tan alto no debe llegar el flit.

- No debe. Capaz que por eso el humo.

- Lo que sí, es que si dan vueltas y vueltas a ese salón, quedan exhaustas.

- Se caen sobre las sotanas.

- Me hizo acordar que averigüé por qué vuelan en círculos. Usted hace como un año dijo que le preocupaba el tema.

- Sí, mi profesor de biología no me supo contestar y por eso no estudié para bióloga. Me desilusionó y lo embromé.

- Mi sobrina sacó su nueva tableta, escribió la pregunta y le salió que la respuesta más votada es que se trata de un ritual de cortejo.

- ¿Y usted le creyó?

- No, las demás respuestas eran en broma. Pero a la juventud no hay que desestimularla.

- No puedo creer que una mosca ojee a un mosco volando del otro lado de la Capilla Sixtina y después se acuerde.

- Sí. Son todas iguales.

- Tanto volar para terminar con cualquiera.

- Y gastando energía, que no deben tener mucha.

- Pero hay otra información. Por lo que me dijo que aprendió jugando a una cuestión de preguntas, pude deducir por qué, cuando uno espanta una mosca del brazo, ella vuelve y vuelve.

- ¿Por qué?

- Resulta que en esa trompa telescópica que sacan, ellas largan una baba para disolver el alimento.

- ¿Y?

- Y que no la deben querer desperdiciar. Vuelven al lugar donde estaban gritando: “¡Mi baba!”

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