denuncia

Delegado de El Tanque detenido y golpeado

Tras la negativa, Fessler se dirigió a su auto, guardó las banderas y volvió al Parque sin ellas para ver el partido. Pero los policías volvieron a negarle el ingreso, esta vez por “desacato y tráfico de influencias”. El hincha verdinegro pidió explicaciones más precisas, pero los guardias se las negaron y se lo llevaron detenido. Lo pusieron contra una pared, lo esposaron y comenzaron a pegarle y tirarle del pelo. En ese momento aparecieron su primo y su tío (que estaban adentro del Parque pero salieron, extrañados porque Santiago no llegaba) y vieron la situación. Intentaron frenarla, pero también fueron presa de la violencia de los policías.

Estos siguieron con su descontrol, tirando al piso a estos hinchas y sometiéndolos a varias humillaciones, como burlas y risas de los propios policías. “Te vamos a llevar con la Republicana, que son más bravos que nosotros, te vamos a matar”, le decían a Fessler, según contó él a El Observador. “Mirá cómo llora y el estado de nervios que tiene”, se reían los guardias entre ellos.

Fessler tuvo que fingir un ataque de pánico para que lo llevaran a la sociedad médica, tras lo cual lo trasladaron a la seccional 5ª, donde también estaban sus familiares, que se habían quedado arrestados en el Parque Central.

Finalmente los policías, gracias a la orden de un juez, que fue llamado por el padre de la víctima para que solucione la situación, los liberaron. “¿Quién me va a sacar el estado de angustia que tengo y quién me va a pedir disculpas por las tres horas que estuve detenido?”, se pregunta Fessler con razón.

Para la Republicana no hubo abuso

El capitán Roberto Pereyra, de la Guardia Republicana, estuvo al frente del procedimiento y fue entrevistado por Telemundo 12. Allí aseguró que el procedimiento de detención de Santiago Fessler había sido normal, que no había habido abuso ni maltrato y que todo se debió a que el detenido no aceptó que a esa hora ya no podía entrar con banderas y les faltó el respeto a los agentes y a los porteros. Según Pereyra, no hubo ninguna inconducta de parte de los guardias participantes en ninguna de las instancias que llevó todo el procedimiento y que al recibir la orden de un magistrado condujo nuevamente a los detenidos al Parque Central.

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