400 metros con vallas

Déborah Rodríguez destrozó los relojes en Londres

“Estoy feliz” fue el grito que lanzó Déborah Rodríguez en la zona mixta entre todos los periodistas uruguayos que allí la estaban esperando. “Vine por ese 57 y lo logré, carajo” sentenció la representante del Campus de Maldonado tras finalizar su actuación en los 400 metros con vallas de atletismo en el Estadio Olímpico.

Es que la celeste no solo tuvo una actuación memorable, sino que además bajó en más de un segundo y medio el récord nacional de la especialidad, que ya estaba en su poder con 58.63, para finalizar con 57.04 en la serie “5” de la prueba. “Corrí la carrera de mi vida en la pista y valió la pena” comentó mientras saltaba de alegría y saludaba a cuanto uruguayo hubiera en la vuelta y festejaba diciendo “no lo puedo creer, no lo puedo creer”.

Es que la uruguaya hizo todo lo necesario para batir su marca, aceleró en los momentos justos, mantuvo el ritmo de competencia, y un remate fundamental para un tiempo de excepción. “Salí a hacer mi carrera” comentó y explicó que estaba decida en “enfocarme en mis ritmos y lo entrenado. Me tomé la carrera con la idea de hacer lo mismo que trabajé con Andrés (Barrios, su entrenador) en lo previo” y confirmó que “estaba segura de lo que venía hacer y lo que tenía que conseguir”.

Rodríguez confirmó que para ser su primera experiencia olímpica la vivió con mucha “ tranquilidad, siempre trate de concentrarme en obtener mi objetivo y buscar la paz necesaria hacia ello y no falló. Los nervios son para aquellos que no tienen la seguridad de haber hecho las cosas bien, de haber luchado o realizado el sacrificio correspondiente, pero ese no es mi caso”.

Espera

Una vez finalizada su labor en la pista, la celeste se quedó por varios minutos mirando la pantalla gigante ubicada sobre una de las tribunas a la espera de su tiempo final “no venía más y estaba desesperada por saber. Cuando pusieron el 57.04 que confirmó el récord nacional no lo podía creer”. Allí estalló la alegría, el puño cerrado y en alto sobre la ubicación donde estaba Andrés Silva y el grito de “Pies Alados” de: “Excelente Déborah, buenisimo” cerraron el momento de manera inolvidable.

“Es increíble estar ahí metiendo como loca durante toda la carrera, dando mi mejor esfuerzo y lograr el objetivo” dijo la atleta NIKE al llegar a la zona mixta y agregó que “uno espera el 57 y lo deseaba con todas mis fuerzas, pero jamás soñé un 57.04. Estoy súper feliz, no tengo palabras para explicar lo que estoy sintiendo ahora”.

“Agradecida a todos los que apoyaron”

A la hora de los agradecimientos, la atleta NIKE, Déborah Rodríguez no se olvido de nadie “quiero hacerlo con todas las personas que me apoyaron, desde mi familia, Andrés Barrios (entrenador) equipo de trabajo, empresas que confiaron y decirle a todos los que no me apoyaron y querían que me fuera mal que les mando un beso también”.

La mejor sudamericana en la prueba

Además de batir el récord nacional, Deborah Rodríguez fue la mejor atleta sudamericana en la prueba y el registro conseguido le permite situarse en el primer lugar del ranking Sub 23 de nuestro continente.

La corredora Déborah Rodríguez (de tan solo 19 años) no solo consiguió un tiempo excepcional en la carrera en que con 57.02 batió el récord nacional de la categoría que había conseguido en el Sudamericano de Mayores del 2011: también tiene otras importantes consecuencias. El mismo la ubica como primera en el ranking Sub 23 continental, previo al Sudamericano de la categoría que se realizará en setiembre próximo. Fue la mejor atleta del continente en la prueba, superando por un segundo a la representante de Brasil y se ubicó en la colocación 28 de 41 deportistas en competencia.

Andrés Silva vibró desde la tribuna

El otro representante del atletismo, compañero de entrenamientos y referente de Déborah Rodríguez, Andrés Silva, vibró desde muy temprano con el debut olímpico de la uruguaya. Sentado junto al presidente de la Confederación Atlética del Uruguay, Pablo Sanmartino, se lo veía sumamente ansioso cuando comenzaron a correrse las semifinales de los 400 metros vallas. “Le tiene que ir bien, se lo merece” repetía constantemente “Pies Alados” mientras intentaba a cada rato buscar acomodo en su lugar.

Con la salida de Déborah a la pista y luego de sacarle algunas fotos comenzó a palpitar lo que se venía. “Salió bien”, fue lo primero que dijo, “viene estupendo, hay que mantener, hay que mantener”, repitió y con el final el grito no se hizo esperar: “Bien, Déborah, carajo”. Pero lo más emotivo fue el puño en alto cuando apareció el tiempo y que la corredora respondió desde la pista. “Se mandó un carrerón”, remató.

Collazo y Dumestre apoyando

Otro ejemplo del espíritu que rodea estos Juegos Olímpicos lo demostraron los remeros celestes. Después de casi tres horas de viaje desde la subsede de Eton Dorney para alojarse en la Villa Olímpica de Londres, Rodolfo Collazo y Emiliano Dumestre, acompañados de Fernando Ucha, presidente de la Federación, dejaron sus cosas y partieron raudamente hacia el Estadio Olímpico. Llegaron cuando se corría la serie “3” de los 400 con vallas y con su bandera alentaron todo el tiempo a Déborah Rodríguez. Otros deportistas que compartieron la felicidad de la celeste.