tiempos modernos

El FLS a la defensiva

Hay un dicho en el fútbol: “No hay mejor defensa que un buen ataque”. Por cierto que la afirmación es debatible, pero no deja de ser importante. Hay algunos que con esa estrategia fueron al fracaso, pero hay muchos otros que fueron al éxito.

No soy de los que creen que se gana, ya sea en la política como en el fútbol, colgando del travesaño a todo el cuadro, para impedir que te hagan un gol. Tampoco apuesto a las aventuras ofensivas, creyendo que en diez minutos se pueden hacer dos goles, porque por lo general te terminan haciendo cuatro.

Este tipo de debate lo tenemos los uruguayos en las horas previas a que juegue la Celeste, pero convengamos a la vez que es una polémica muy charrúa, que nos condiciona las formas de ver la realidad, incluso en el campo político.

Con esto quiero decir que hoy el Frente Líber Seregni aparece ante la sociedad como colgado del travesaño, defendiendo al equipo económico, en el que el abogado principal del ministro de Economía Fernando Lorenzo es el vicepresidente de la República Danilo Astori.

En cambio, el entorno del presidente José Mujica se presenta ante los uruguayos como un grupo inteligente- tanto como el de Lorenzo-, que pone el énfasis en la distribución de la riqueza e incluso increpándoles a los “astoristas” defender el statu quo.

Por encima de quién tiene razón, lo que es muy difícil saber porque aún no hay propuestas concretas de fácil debate, lo que importa es que ante una parte de la ciudadanía por lo general interesada en este tipo de debates, la bandera de la distribución de la riqueza no queda en manos de Astori sino en el entorno del Presidente, quien muestra su buena cintura para avanzar en definiciones, pero sin ir a una polarización extrema.

Lo que se hace difícil entender es por qué Astori y el equipo económico no son los promotores de ese debate sobre las posibilidades o no de crecer en materia de distribución de la riqueza y cuáles son sus herramientas.

No soy de los que creen que las posturas del entorno de Mujica y las del actual equipo económico sean absolutamente contrarias. Creo que hay matices, que hay tiempos diferentes, pero de lo que no hay la menor duda es de que la batalla por la justicia social queda, inexorablemente, en manos de los críticos de Danilo Astori, en tanto se cierra sobre sus convicciones y no tiene la suficiente habilidad para no quedarse trepado en el travesaño, ni jugado a la aventura de la ofensiva.

Como dirían los colegas del periodismo deportivo, lo sustancial es tener la iniciativa para apoderarse de la pelota y después, de ahí, establecer los necesarios equilibrios entre la defensa y un contundente ataque.

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