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tiempos modernos

El cine desplazado por la religión

Julio Guillot PUBLICADO el Martes 15 de enero, 2013
La República Digital

Fue en mi lejana adolescencia que trabé una sólida amistad con el jazz. A ello contribuyó de manera determinante –además de las largas tardes oyendo discos de Armstrong, Duke Ellington o Django Reinhardt en casa de amigos– la saludable costumbre de asistir religiosamente a los conciertos que grupos vernáculos cultores del jazz ofrecían los domingos de mañana en el cine Plaza.

Estoy hablando de fines de los cincuenta y comienzos de los sesenta, cuando coexistían tres (o más, no recuerdo exactamente) clubes dedicados a la difusión de la música afro-estadounidense: el Círculo Jazzístico, la Peña de Jazz y el Hot Club.

Eran tiempos en que Montevideo contaba con salas de cine en todos los barrios. El cine Plaza funcionaba –como todos los del Centro– en la modalidad de ‘continuado’: desde primera hora de la tarde hasta la medianoche, uno podía ver la película varias veces seguidas pagando una sola entrada.

El Plaza, el Central, el Metro, el Ambassador, el Ariel, el Iguazú, el Rex, el Victory, el Trocadero, el Radio City, el Eliseo, son algunas de las salas emblemáticas de aquellos años dorados. La mayoría de dichas salas sucumbió al avance de la televisión, de la industria del video e Internet; otras intentaron aggiornarse reduciendo su capacidad locativa, haciendo dos salas pequeñas de una grande y mejorando la calidad de proyección y de sonido. El Plaza optó por esta alternativa manteniendo, asimismo, la oferta de sala de recitales.

Donde funcionaba el cine Ariel hoy hay una expoferia; el Rex se convirtió en sala Zitarrosa; el Trocadero y el Ambassador son hoy templos evangélicos. Así, a medida que los reproductores de dvd y la posibilidad de ver películas online en la computadora daban el tiro de gracia a las clásicas salas de cine, algunas congregaciones religiosas de origen protestante descubrieron que las megasalas (que ya no resultaban rentables para el negocio de la proyección de películas) podían ser usadas para sus actividades espirituales.

Es así que el Liberty (en 8 de octubre frente al túnel), el Trocadero (18 y Yaguarón), el Radio City (Ibicuy o Gutiérrez Ruiz entre San José y Soriano) albergan a los fieles de distintos cultos.

Que el Plaza no corra la misma suerte. Estamos a tiempo.

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