Jueves, 26 de Julio de 2012. Montevideo - Uruguay
Edición Impresa
Iniciar sesión Registrarse

INTERPELACIONES

Una oposición irresponsable

Alberto Couriel PUBLICADO el Miércoles 25 de julio, 2012
Alberto Couriel

En estos días estamos viviendo una andanada de epítetos descalificadores hacia el Frente Amplio, por parte de diversos sectores de la oposición política.

Algunos grandes medios de comunicación, los que realmente cumplen el papel central de oposición, se hacen permanentemente eco de ese estilo de declaraciones y las estimulan. Son agravios e insultos que no tienen fundamento, salvo la impotencia para enfrentar a gobiernos frentistas con muchos éxitos. “Totalitarios, autoritarios, antidemocráticos”, son las expresiones más usadas. La democracia es un logro de las luchas populares, por lo que nadie más que el FA hace los máximos esfuerzos por garantizarla y profundizarla.

Tildar al FA de totalitario y de antidemocrático no tiene ningún tipo de justificación. Los gobiernos del FA han cuidado al máximo los principios básicos de la democracia, como las garantías para asegurar las libertades públicas, el estado de derecho, las elecciones libres, el pluralismo político, la independencia del Poder Judicial y el control de las minorías. La democracia es el gobierno de las mayorías y el control de las minorías. Siempre me he manifestado partidario de que las minorías ejerzan sus funciones de control y participación, no solamente en el ámbito parlamentario, sino también en los Entes Autónomos y Servicios Descentralizados. Sobre todo porque entre 1990 y 2004 no tuvimos oportunidad de participación en los mismos. El FA como fuerza política no ha tomado ninguna resolución ni declaración colectiva acerca de que la oposición deba retirarse de las instituciones públicas, porque a nuestro entender ello no corresponde. La democracia es también el respeto y la tolerancia al otro, a otros valores, otra cultura, otra religión, otra ideología. Las calificaciones utilizadas por sectores de la oposición para enfrentar al FA no mantienen estos principios, ni respetan ni toleran, por lo que podríamos afirmar que son declaraciones antidemocráticas. Los motivos de estas inadecuadas declaraciones se inscriben en la búsqueda de réditos político-electorales a 28 meses de las elecciones. Los permanentes agravios se multiplican cuando se sienten impotentes para enfrentar los diversos éxitos de los gobiernos del FA. Entre ellos se destacan: el elevado ritmo de crecimiento económico, la mejora de la distribución del ingreso, el pronunciado descenso de la desocupación abierta, la muy fuerte caída de la pobreza y la indigencia, la baja de la mortalidad infantil, las mejoras sustantivas del salario real, la mayor equidad en las relaciones capital-trabajo, y así sucesivamente. Por supuesto que hay problemas de seguridad y de gestión educativa, que requieren de plazos más prolongados para alcanzar mejoras significativas. Y por supuesto que hay problemas con la basura de Montevideo.

Pero nada de esto justifica el estilo exorbitante en las declaraciones de sectores de la oposición. Sobre todo porque afectan al país. La excelente imagen internacional del Uruguay no solamente es fruto de factores económicos positivos, sino también de su sistema político muy civilizado, de la seriedad de sus instituciones democráticas, de la confianza que generan el conjunto de los partidos políticos del país. Y esto no se puede echar por la borda de un plumazo, por la impotencia e incapacidad de enfrentar los logros gubernamentales, que los lleva a los agravios absolutamente injustificados.

En nuestro accionar político siempre hemos priorizado los intereses nacionales, los intereses del país. Primero está Uruguay, luego los intereses partidarios. En el 2002, la bancada de senadores del FA decidió llevar adelante una interpelación al ministro de Economía y Finanzas Alberto Bensión y fui designado para realizarla. Yo acepté pero puse condiciones a mi bancada: que yo cuidaría los intereses del país, que mi exposición no podría contener expresiones que pudieran afectar al sistema financiero, que no contribuyeran a incrementar la fuga de depósitos existente. Uruguay vivía una profunda crisis económico-financiera, social, e incluso política. El atraso cambiario de la década del 90, siguiendo el ejemplo argentino, había destruido la industria manufacturera, se había dado un elevado traslado de ingresos desde el campo a la ciudad, se había incrementado la desocupación, con fuertes descensos de los salarios reales y las lógicas tensiones sociales que todo ello generaba. Las caídas de instituciones financieras habían originado una corrida de depósitos, que se multiplicaban cuando el presidente Jorge Batlle hacía declaraciones públicas. En los primeros meses del 2002, a pedido del Dr. Tabaré Vázquez, fui recibido por el ministro Bensión, que me dio los detalles de la negociación con los bancos extranjeros por las dificultades del Banco Comercial. Sin duda había sido una negociación muy negativa para el país. Pero utilizar la interpelación para dar a luz esta negociación no correspondía, porque podía profundizar la crisis con nuevas corridas de depósitos y fuga de capitales. Durante la interpelación, el senador Jorge Larrañaga, probablemente con información suministrada por representantes del partido Nacional en el Banco Central, realizó preguntas sobre dicha negociación. Seguramente no era consciente de que introducir un tema de esas características podría afectar al propio sistema financiero uruguayo. La respuesta del ministro Bensión fue escasa y limitada. Yo no hablé sobre el tema, marcando claramente mi oposición responsable. No me aproveché de la circunstancia que se me presentaba para hacer un golazo, porque probablemente hubiese afectado a los intereses del país. Es factible que el abrazo que recibí del ministro Bensión al terminar la interpelación, haya derivado de mi conducta sobre los acuerdos del Banco Comercial o por la vieja amistad que manteníamos.

Esta es simplemente una reflexión para retomar el camino del diálogo, de los acuerdos, de formas civilizadas de convivencia interpartidaria, que ha propugnado permanentemente el presidente Mujica.

Que la interpelación al ministro Almagro inicie esta nueva ruta.

Un Comentario

Debes estar registrado para poder realizar comentarios. Registrarse



  1. sep, claro, no sea nabo curiel, pues si asi como te digo una cosa, te digo la otra, seguramente no pasa ninguna de las que dice y me quedo con lo que hace, que es lo que no prometieron, ni acordaron (adentro, pero si con los de afuera, los otros).
    Responsablemente hablando, digamos que no, pero que si, o sino mas bien todo lo contrario.
    Porque, los sindicatos son corporativismos anti gobierno, porque los errores que son ahora, vienen de la herencia maldita, que la proxima promesa es vender corned beef en las guerras europeas por la parte financiera (lucha entre los libres aliados y la maoista china y quien maneja los capitales del mundo, si los nobiliarios de bieldberg o los nuevos ricos comunistas, o los marines exporta inflacion y guerras), o mejor, prometer solucionar la vivienda y aumentar los asentamientos o, la salud con una repartija de recursos y encarecimiento de la continuada mala atención. O aumentar la seguridad privada hecha por ex policias eliminando el 222,o la enseñanza