tiempos modernos

Las muelitas y el dolor de los pobres

Hay situaciones que incomodan, que dan bronca, que no sabemos por qué nos alteran más que otras.  Incluso sentimos que somos injustos, porque eso que nos molesta tiene menos gravedad que otras que son más trascendentes.

Parece menor que el Estado se preocupe del dolor de muelas de los niños uruguayos, pero no lo es. Entre otras cosas es el dolor de los pobres y por eso tendría que ser preocupación fundamental. Pero parece que para algún burócrata eso no importa o nunca le dolieron las muelitas. Suerte por ellos.

De eso estaban hablando el Pocho y el Tata, cuando conocieron que se suspendió el programa escolar de salud bucal, que impulsó y atendió María Auxiliadora Delgado, la esposa del ex presidente Tabaré Vázquez durante el gobierno de su esposo.

-No puede ser que lo bueno sea lo que no sigue-, dijo el Pocho, siempre dispuesto a ir a las cuchillas cuando hay una injusticia.

- Razón tiene usted, porque el programa atendía a 74 mil niños por mes-, comentó el Tata.

- Terrible, terrible, porque esto no es solo un problema de salud que es lo más importante, sino también de aceptación social-, agregó el Pocho, quien recordó que en la escuela estaba enamorado de una niña, pero el amor se le iba cuando ella sonreía con sus dientes carcomidos.

-¿Usted sabe cuál es el problema que impida que el programa continúe?-, preguntó el Tata.

- Me dicen –respondió el Pocho- que problemas no hay, que lo único que hay es burocracia y que por eso no contratan a los profesionales que son 135 distribuidos en todo el país y que están hasta en los rincones más alejados del interior profundo.

Los dos parroquianos, que hoy lucen dientes postizos, recordaron durante un largo rato ante el mostrador de Las Flores, sus sufrimientos de la niñez, cuando las muelitas sentían que el dolor les paralizaba hasta los cachetes, mientras ellos lloraban sentados en la camita y abrazados de sus madres.