el salvador

Crisis institucional

Muy preocupante es la situación que está viviendo el hermano pueblo salvadoreño, más aún cuando en nuestro continente ya se están dando nuevas formas de golpes de Estado, de las que tenemos muestras claras en las situaciones de Honduras y Paraguay, pero también otras intentonas como en Venezuela o Ecuador.

Es evidente que los gringos desde su Departamento de Estado han estado detrás de los golpes ya acertados y siguen teniendo claras intervenciones en cada uno de nuestros países.

El Salvador lleva ya más de un mes de divergencias entre el Poder Ejecutivo, la Asamblea Legislativa, la posición de los distintos partidos políticos, donde el tema de debate es el nombramiento de los magistrados de la Suprema Corte de Justicia.

Lo preocupante no es en sí el debate planteado, aunque no deja de ser menor, sino que debemos reparar en la brutal injerencia de EEUU, que sin duda alguna intenta sacar rédito de la situación.

Sin ningún reparo el Congreso de los Estados Unidos envía a Obama la siguiente sugerencia: “El demócrata Robert Menéndez y el republicano Marco Rubio dicen que la instalación a la fuerza de una Corte Suprema declarada inconstitucional constituye una ruptura del orden democrático, y piden al gobierno de Obama que considere retirar visas a los promotores y que reconsidere la ayuda en programas como Fomilenio, que es fundamental para el gobierno de Mauricio Funes”.

Por si quedaran dudas de la injerencia, con fecha 17 de julio presionan exigiendo un rol protagónico de su presidente en los asuntos internos salvadoreños.

“Senadores estadounidenses presionaron este martes al gobierno del presidente Barack Obama para que asuma un rol más protagónico para desactivar la crisis política desatada en El Salvador con motivo del desacato de la Asamblea Legislativa a sentencias de inconstitucionalidad de la Corte Suprema de Justicia, y propusieron incluso suspender cierta ayuda a ese país”.

El presidente Funes cumple el mandado rápidamente al punto que ya se instala una Comisión Parlamentaria para dirimir el pleito, tal como lo solicita el amo del norte.

La situación es delicada ya que debemos tener en cuenta las debilidades políticas que demostró Funes en todo su mandato, hombre que desconoce en la práctica totalmente al partido que lo llevó al gobierno (FMLN) desde que asumió su mandato. Las divergencias entre Funes y el FMLN se fueron polarizando, al punto que en el país hoy podemos decir que hay un presidente sin partido y un partido sin presidente, a pesar de haber resultado ganador en las pasadas elecciones.

La derecha política salvadoreña, hoy dividida en dos partidos, Arena y Gana, este último liderado por el ex presidente Tony Saca y lamentablemente con grandes posibilidades de ganar los próximos comicios. Se convocó además a la denominada “marcha blanca”, cuyos convocantes fueron las llamadas redes sociales y lograron congregar a 40.000 personas en las calles. La confusión política es muy grande en la gente y todo ello es aprovechado tanto por Arena como por Gana, vale decir que ya es un secreto a voces la alianza existente entre Saca y Funes, colocándose ambos como figuras políticas al margen del debate entre el FMLN y Arena.

¿Será que estamos frente a un nuevo episodio del neogolpismo que recorre nuestro continente? La injerencia existe claramente, las debilidades políticas del gobierno también. Dependerá en gran medida de la claridad política con que se conduzca el movimiento popular para no caer en la trampa ya lanzada al ruedo político.