Copa Sudamericana

Con gusto a poco

El primer equipo en debutar en la Sudamericana fue Danubio, en una fría noche al sur de la ciudad de Montevideo. El rival del franjeado fue el último subcampeón paraguayo, dirigido en dicha oportunidad por Gerardo Pelusso, quien pasó a dirigir la Selección guaraní.

Gregorio Pérez, ex entrenador de Peñarol, asumió hace aproximadamente una semana y según admitió “hice únicamente 50 minutos de fútbol antes de este partido. No he tenido mucho tiempo de trabajo pero no es excusa”.

En líneas generales el partido fue muy regular. El juego se desarrolló mayoritariamente en la mitad del campo. La disputa en dicha zona fue aguerrida y no dio lugar a ver buen fútbol. A pesar de eso, las situaciones más peligrosas de gol fueron generadas por los locales. Leonardo Melazzi atrapa un rebote desde el borde del área, le pega de aire y el balón pega contra el palo derecho defendido por nuestro compatriota Martín Silva. Otra fue el cabezazo de Fabricio Formiliano tras centro desde la izquierda que también da contra el caño derecho. Por último, y para lamento de los hinchas franjeados, en el comienzo de la segunda parte un remate de Richard Núñez también dio en el palo izquierdo: el gol se le negaba definitivamente a los de la Curva de Maroñas.

Por parte del visitante el mayor riesgo fue generado por el delantero Maximiliano Biancucchi, primo de Lionel Messi, que elaboró una gran jugada personal, disparó y la pelota fue detenida por Mauro Goicoechea, de aceptable actuación.

A pesar de no haber convertido ningún gol ambos equipos, la mejor muestra de fútbol fue individual, y en el local. Leonardo Melazzi fue una pesadilla por el carril derecho que defendía el ex Defensor Sporting Sebastián Ariosa. A pesar de la buena actuación del delantero danubiano, su director técnico, Daniel Sánchez optó por suplantarlo unos 20 minutos antes de culminar el encuentro. Los hinchas de “la franja” apostados en el recinto de su eterno rival no lo entendieron. Se miraban entre ellos sin asimilar la decisión que el entrenador de su equipo había tomado.

Los hinchas aplaudieron al jugador que se retiraba, reconociendo su esfuerzo.

Fue la vuelta de Danubio a una copa internacional después de 4 años en que no participaba.