APORTE A LA DEMOCRATIZACIÓN DE LA INFORMACIÓN
El tener varias fuentes de información independientes consta en las premisas para definir una democracia actualmente, más bien una poliarquía. No se nos escapa que el término democracia ya presenta un claro signo de agotamiento, básicamente por sus múltiples interpretaciones, pero mucho más por ser operativamente un concepto que se define por lo que oculta [...]
El tener varias fuentes de información independientes consta en las premisas para definir una democracia actualmente, más bien una poliarquía. No se nos escapa que el término democracia ya presenta un claro signo de agotamiento, básicamente por sus múltiples interpretaciones, pero mucho más por ser operativamente un concepto que se define por lo que oculta y no lo que dice ser.
Pero asumiendo la importancia democrática de las diversas fuentes de información es indudable que el nacimiento de LA REPÚBLICA significó un aporte en este sentido. Recuerdo que sobre la mesa de casa comenzó a aparecer de forma reiterada el “diario”, y no era otro que “LA REPÚBLICA”.
Cuando en 1988 nace LA REPÚBLICA, estaba en 5º año de primaria en la Escuela Experimental. Podría decir entonces que sin duda fue este diario el que ha estado presente, y que por lo tanto pensar en la importancia de estos 25 años es también a título personal repasar casi que la historia completa de uno mismo.
Medios de comunicación independientes es siempre un compromiso con la ambigüedad. ¿Independientes de qué o de quién? Sin duda un medio de comunicación no es ajeno a la realidad en la que funciona. No puede permitirse tal ingenuidad. Elegir lo que va a decir y cómo lo va a decir lo pone directamente sobre el propio terreno social y político. No me caben dudas, a mi entender, que LA REPÚBLICA no ha pretendido ser independiente, por el contrario como medio de información se ha colocado del lado de los cambios. No le es ajeno pues que lo traten como diario de la izquierda (con suerte), y si bien no sé que podrán pensar de ello sus dueños y trabajadores, no me parece en absoluto una descalificación de su papel como medio de información y comunicación. Soy de los que creo que es mucho más saludable asumir una postura, aunque la misma sea de difícil aprensión para otros, que jugar la carta de independiente y esconder detrás de las “noticias” el verbo inflamado de una opinión.
Tiene pues un lugar claro en el repertorio de medios de nuestro país, y no escapa a la presión que las nuevas tecnologías de la información le imponen al papel. Sin embargo quienes organizados eligen la tarea de construir mayor “justicia social” abrigan la certeza de que tendrán en LA REPÚBLICA un espacio seguro de ingresar a la “opinión pública”. Esto es lo que hace la diferencia.
¿Es un diario oficialista? Con este otro tópico ha tenido que cargar, y sin duda lo sigue haciendo, y no espero que el mismo genere demasiada urticaria en sus directores. Sin embargo no creo que sea tal. Creo sí que a la hora de comunicar elige privilegiar lo que se deriva de la acción del gobierno de una fuerza política de izquierda. Ese elegir es, aunque moleste, su seña de identidad no falseada en tópicos de libertad de expresión que sirven al encubrimiento. Sin embargo sus páginas también se abren a quienes hoy no comulgan con el gobierno. Y entiendo que no lo hace para “lavar la cara” sino considerando que esas voces también tienen sus “representados”.
Pues en estos 25 años puedo recordar innumerables veces en que sus tapas me identificaron y otras que tal vez no. Pero no me caben dudas de que su existencia fue en algunos momentos la única certeza de que una idea, un reclamo de trabajadores o estudiantes, una manifestación pudiera acceder al espacio público. Espacio público cada vez más dependiente en su existencia y realización de los medios de comunicación. Muchas veces, y para muchos, era allí o nada.
Así entonces, aún en las lecturas “entrelíneas” permanente que un sistema político poco argumentado obliga a ejercer, aun cuando partimos de que detrás de cada elección hay un sentido y que procuramos reconocer, siento absoluta certeza de que este medio seguirá siendo una ventana (de las que hay bastante pocas) para que quienes en el desarrollo de las contradicciones de nuestra sociedad se colocan del lado de los más vulnerables, tengan palabra.
Pablo Álvarez. Director de Secretaría del MEC