opinión

Un blanco y un colorado

Antes de tomarme unas bienvenidas vacaciones, quiero compartir con ustedes una historia real, seguramente conocida y disfrutada por muchos. Esta es la historia de un blanco y un colorado que hicieron hermosísimas canciones juntos, que pintaron el paisaje natural y humano de Minas, sus alrededores, la vida de campo, el ser humano todo. Sin importar divisas supieron conjugar lo mejor de los dos. Así debe ser. La muerte reciente de uno de ellos me movió a este humilde reconocimiento. En momentos en que la política se tensa, es saludable reencontrar ejemplos de unión convocada por lo mejor de nosotros mismos.

El poeta de las sierras Santos Inzaurralde Rodrigo falleció el 1 de marzo a los 87 años. Además de su carrera literaria, proyectada principalmente junto al cantante folclórico Santiago Chalar, Santos Inzaurralde fue edil y diputado por el Partido Nacional de Lavalleja, y director de Cultura de la Intendencia de ese departamento entre los años, 1995 y 2000. En el año 2011 fue declarado ciudadano ilustre de Lavalleja.

Santiago Chalar – Su verdadero nombre era Carlos Alfredo Paravís Salaverry (25 de setiembre de 1938, Montevideo – 21 de noviembre de 1994) fue un médico traumatólogo, poeta, compositor, músico, y cantante uruguayo. Alternó los estudios de medicina con la guitarra. Su afecto por los enfermos lo llevó frecuentemente a tomar su guitarra para darles recitales, sobre todo a los más deprimidos que convalecían en el hospital. A través de un Festival de música de Minas, impulsado por él y sus vecinos logra un gran éxito, por el cual se pudo remodelar el hospital de esa ciudad. Su vida cristiana le llevó a trabajar casi gratis varios años para el Hospital de Minas y cuando el Ministerio de Salud Pública de Uruguay le otorgó un sueldo, auxilió con ese dinero a un desocupado y su familia con hijos pequeños sin que nadie se enterara del hecho, mientras que él sobrevivía con sus ingresos de cantante.

Fue un enorme folclorista. Editó 20 discos, recorrió varios países con su música. Además de un naturalista, fue un comprometido humanista, defendiendo en sus canciones a los más débiles y denunciando las injusticias. Un gran guitarrista, le puso hermosas melodías a textos y poemas como los de Santos Inzaurralde con quien dejó un disco “Minas y Abril” que debe ser de lo más hermoso de la región. Tenía una voz gardeliana, un cantar vigoroso y viril, no exento de sentimiento y sensibilidad. Uno de nuestros grandes.

Vaya para ellos el agradecimiento de todos nosotros, una vez más.

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