el ex presidente con la república en sus 25 años
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Señaló que en Uruguay no existe un proyecto alternativo al FA. Solo hay "mucho griterío y mucha telepolítica". Agradeció las adhesiones del Frente Amplio a su candidatura y recalcó que ahora todo depende de su decisión personal. "Cada día que pasa es un día menos de plazo", agregó.
Los 25 años de LA REPÚBLICA no pasaron inadvertidos para el ex presidente Tabaré Vázquez que concedió una entrevista exclusiva a este diario. El hombre que lidera todas las encuestas dejó en claro que la candidatura está siendo íntimamente “procesada” y que si bien “los plazos se acortan cada día”, la decisión es personal y debe ser “cuidadosamente” revisada por él.
El ex presidente analizó además la situación interna del Frente Amplio y negó que las divisiones pongan en peligro un nuevo gobierno de la coalición. Admitió que si bien “existen riesgos”, estos pueden ser mitigados con la unidad, que “cuesta pero vale”.
Vázquez calificó de “sistemáticamente furibundas” las críticas que la oposición lanza sobre el gobierno del FA y afirmó que en Uruguay no existe un proyecto alternativo al Frente Amplio. “Hay mucho griterío y mucha ‘telepolítica’, pero la política es otra cosa; requiere inteligencia y compromiso, porque las naciones no se construyen a los gritos ni las sociedades son un ‘talking show’”, “pero a eso la ciudadanía lo tiene claro”, señaló en directa alusión a las actitudes de la oposición.
También se refirió a la relación de Uruguay con Argentina y Brasil y señaló que “no hay que idealizar la integración regional, ni las relaciones bilaterales, pero tampoco demonizarlas” porque “no hay amores eternos ni vecindarios perfectos”.
En actos recientes, usted ha vuelto a establecer un diálogo intenso con los frenteamplistas y ha reiterado incansablemente la necesidad de la unidad ¿está de acuerdo con los que afirman que las divisiones internas ponen en peligro un tercer gobierno del Frente Amplio?
No siento que lo que usted llama “las divisiones internas” del Frente Amplio hagan peligrar su unidad o sus posibilidades de renovar el mandato del gobierno nacional.
En primer lugar porque la misma naturaleza del FA implica matices y diferencias que no son lo mismo que divisiones. El Frente Amplio es coalición y movimiento, no es una legión romana (donde sí había, centurias, manípulos, tropas auxiliares, banda de música, cuerpo médico, grupo sacerdotal, etc).
En segundo término, porque consciente de su pluralidad, el FA tiene mecanismos orgánicos para gestionarla. De lo contrario, no tendría ya 42 años de vida. Y mire que esa vida no ha sido fácil…
En tercer término porque los resultados de los gobiernos del FA (nacionales y departamentales), son elocuentes. ¿Qué pueden ser mejores y que aún falta bastante? Por cierto, pero ¿acaso la historia empezó con nosotros? ¿cómo estaba Montevideo antes de 1990 o Canelones, Maldonado, Rocha y el Uruguay en su conjunto antes del 2005? Al pasado no hay que pasarle factura ni usarlo como excusa, pero tampoco olvidarlo.
En cuarto lugar, porque en Uruguay no hay un proyecto alternativo al Frente Amplio. Hay mucho griterío y mucha “telepolítica”, pero la política es otra cosa; requiere inteligencia y compromiso, porque las naciones no se construyen a los gritos ni las sociedades son un “talking show”. Y la ciudadanía, a la que algunos confunden con teleaudiencia o invocan cuando se acercan las elecciones, lo tiene claro y lo expresa cada vez que debe hacerlo. Sin estridencias, pero con convicción.
Ahora bien, que no haya peligro no quiere decir que no existan riesgos. Riegos siempre hay y lo mejor es evitarlos desde el principio. Y nuestro principio, no me canso de repetirlo porque estoy absolutamente convencido de ello, es la unidad. Una unidad que cuesta pero vale.
Blancos y colorados buscan un acuerdo electoral para derrotar al FA en Montevideo. ¿Cómo ve este tipo de alianzas? ¿Comparte que el FA se presente con más de un candidato en la capital?
No puedo ni debo opinar sobre esa búsqueda. Tampoco sobre otras búsquedas. Respecto al FA en Montevideo, aún tiene 26 meses de gobierno departamental y gestión municipal por delante. Por una elemental razón de compromiso institucional, responsabilidad ciudadana y respeto a la compañera Ana Olivera, creo que por ahora hay que priorizar las acciones concretas en favor del bienestar de todos los montevideanos.
Ya llegará el tiempo del proceso electoral y entonces se analizarán las alternativas y se tomarán las resoluciones que correspondan en el marco de la institucionalidad frenteamplista.
Usted ha manifestado que su candidatura depende de que la fuerza política así lo decida. En los últimos meses, prácticamente todo el Frente Amplio se manifestó a favor de ella. ¿Ha tomado una decisión al respecto? ¿Cómo se siente para encarar un posible nuevo período, cuáles son sus principales motivaciones?
Sí. Mi candidatura presidencial institucional y políticamente depende de la decisión que adopte el Frente Amplio. Pero personalmente depende de mí, de una decisión que estoy procesando.
Sé que hay plazos y no ignoro las manifestaciones que usted menciona. Por el contrario, las agradezco y valoro. Pero por eso mismo, y aunque cada día que pasa es un día menos de plazo, la decisión tiene que ser cuidadosamente procesada.
En este último tiempo se pusieron de manifiesto diferentes criterios dentro del gobierno sobre el manejo de la economía. ¿Existen dos visiones en la izquierda respecto de la economía? De ser así, ¿piensa que son incompatibles?
¿Hay algo en el reino de este mundo sobre lo que no existan dos visiones? Tan es así que, como dice un amigo mío, a corto plazo la oftalmología podría desplazar a la filosofía. Sin duda que, y para usar sus palabras, en la izquierda hay matices y diferencias respecto a la economía. Desde hace mucho tiempo y en muchos países. En la derecha también. ¿O no?
Pero esos matices y diferencias, en el caso de la izquierda, obedecen a algo de lo que se habla poco pues no es una noticia rentable: la izquierda ha demostrado que no le tiene miedo a la economía, que puede manejarla mejor que la derecha.
El falaz argumento según el cual “la izquierda sirve para las políticas sociales pero no para la política económica; la izquierda sirve para distribuir pero no para recaudar y administrar, la izquierda sirve para protestar pero no para gobernar”, ha sido desnudado por la realidad.
Ni el Frente Amplio como proyecto político, ni los gobiernos que desempeña por mandato ciudadano son ajenos a esa realidad. Por suerte, porque los pensamientos únicos y las unanimidades son letales.
La oposición ha sido extremadamente crítica con el gobierno del Frente Amplio ¿El FA debería revisar su postura de dar cabida a la oposición en los organismos públicos en el próximo período de gobierno?
Sí, la oposición es extremadamente crítica con el gobierno del Frente Amplio, aunque yo le cambiaría el “extremadamente crítica” por “sistemáticamente furibunda”. Y esa agresividad, conviene recordarlo, no es por nuestros vacíos o errores –que los tenemos y cometemos-, sino por lo que hacemos bien. Sintomático ¿no? Parecería que a la oposición no le gusta o la inquieta que el país y los uruguayos estén progresando. Pero en fin…
Respecto a su pregunta concreta: es una buena pregunta para los órganos de dirección nacional del Frente Amplio o la Comisión Nacional de Programa.
A su criterio, ¿cuáles deberían ser los ejes principales de un tercer gobierno frenteamplista?
Algunos temas identifiqué y propuse, primero en el Comité de Base territorial del que soy adherente (25-08-2011) y luego en el Plenario Nacional del FA (24-09-2011) libertad e igualdad; ciudadanía, seguridad y convivencia; educación y empleo; producción e innovación; estabilidad macroeconómica; el factor medioambiental; el contexto internacional, etc. Nada demasiado novedoso, es cierto, pero un gobierno no es una agencia de noticias impactantes. Pero tampoco es la inercia, la rutina, ni el “más de lo mismo”.
El Frente Amplio, su Comisión de Programa, la Fundación Líber Seregni, otras instancias de los sectores integrantes del Frente Amplio vienen trabajando en estas y otras áreas temáticas. Lo vienen haciendo desde la sociedad y para el país, porque de eso se trata: un país entre todos y para todos.
En el plano internacional, últimamente Uruguay analiza la opción de aproximarse a Brasil en medio de una relación bastante compleja con Argentina, ¿qué opinión tiene al respecto y cómo ve hoy el funcionamiento del Mercosur?
Aunque ahora se disimule con el eufemismo “asimetrías”, lo cierto es que no es fácil para Uruguay estar entre vecinos tan grandes y poderosos. Pero aquí estamos y la realidad es como es y en ese marco hay que vivir y convivir, sabiendo que no hay amores eternos ni vecindarios perfectos.
No hay que idealizar la integración regional, ni las relaciones bilaterales, pero tampoco demonizarlas. Hay sí que tener –y no dudo que los uruguayos lo tenemos-, voluntad integradora y sentido nacional.
¿Cómo ha visto estos últimos tres años de gobierno frenteamplista?
Con razón y emoción. En algunos momentos con cierta preocupación, pero nunca con angustia ni fatalismo. Siempre con compromiso, confianza y optimismo. En síntesis: lo he visto como frenteamplista pues esa es mi identidad política.
Gustavo Carabajal
Editor En Jefe
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