Mónica y los lobos

“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”, es parte de la letra de una canción de Rubén Blades que se titula “Pedro Navaja”.

Esta es una excelente letra; y viene a cuenta cuando nos enteramos de que un semanario, que en una época llevó de “apellido” “del Frente”, ahora publica como editorial una resolución de un comité del Frente Amplio en la que se exige que Mónica Xavier renuncie al Senado de la República para ejercer prioritariamente la presidencia de la coalición de izquierda.

Se supone que todo editorial expresa el pensamiento de la publicación, por lo que debemos concluir que ese semanario expresa, casi en exclusiva, la opinión de ese comité de base, para lo cual está en su derecho.

Creemos, por cierto, que la sola propuesta de debatir sobre el futuro orgánico de Xavier es algo que no ayuda al Frente Amplio, que en estos tiempos tiene grandes desafíos por delante, tanto para defender al gobierno progresista de José Mujica como para elaborar un programa de futuro en base a una mirada larga.

No hay ningún elemento más o menos serio para impedirle a Xavier que pueda ejercer la presidencia del FA y su cargo de senadora –que ganó en las urnas– al mismo tiempo.

En los últimos meses, Xavier mostró que puede pelear en los dos escenarios con éxito: el de la conducción del FA, así como ocupar con éxito su banca en la cámara alta.

Si esto es así –podemos equivocarnos, hay que concluir que no solo se está lastimando a Xavier (seguramente sin quererlo), sino también al Frente Amplio y al Partido Socialista.

También es justo pensar que no nos debe extrañar que mañana a alguien se le ocurra que Xavier no puede ser candidata de algún sector del FA (seguramente el PS), porque es la presidenta del Frente Amplio.

Si la coalición de izquierda entra en estos cálculos menores –que espero que nadie abrace–, al Frente Amplio le será imposible retener el gobierno nacional.

Si no hay generosidad, apertura de miras y tolerancia en la interna del FA, blancos y colorados pueden comenzar a descorchar el champagne para festejar su retorno a la conducción del país. Si esto ocurre, habrá derecha para rato, como en Paraguay.

¡Guay!