Religión
Lo último que se sabía de Millie Stegman era su decisión de no participar de la telenovela “Lobo” porque no estaba de acuerdo con hacer escenas de sexo. Esto tenía que ver con la nueva faceta de su vida que estaba comenzando: abocada a la religión y el misticismo.
Por estos días, Millie no solo sigue firme en esta postura, sino que la llevó al extremo. Según publica la periodista argentina de espectáculos Laura Ubfal en su sitio web, la morocha pasa su tiempo visitando el bar de una estación de servicio en Buenos Aires, para evangelizar a los clientes y los taxistas que paran a tomar un café ahí mientras cargan combustible.
La actriz, que supo cumplir roles protagónicos en varias tiras televisivas y llegó a participar de Bailando por un Sueño, dejó de lado el glamour y las cámaras para mostrarse deteriorada, sin maquillaje y muy espiritual.
El año pasado, le contaba a la revista Pronto, con un rosario en sus manos: “Mi conversión al servicio de otros me hizo sentir que Dios me regaló mi vocación de actriz. Y voy a usar mi trabajo para el bien. Quiero usarlo como un servicio para comunicar valores que tengan que ver con lo que siento. Todo eso que quiero hacer, no se ve en los medios. Por eso, estoy fuera de la cancha”.
Su debut en televisión fue en Clave de Sol en 1987. Luego en el mundo de las telenovelas interpretó a varias villanas como en Perla Negra, Chiquititas, Luna salvaje, Se dice amor (luego pasó a ser la protagonista pero debió interpretar a una doble e impostora que era villana), entre otras.
Después de un año lejos de la televisión regresó en el 2008 gracias a Marcelo Tinelli para ser parte del reality show Bailando por un sueño. Su compañero fue Alejandro Gallego y fueron eliminados en la semana de Música árabe. Ella no aceptó volver en el repechaje del Bailando y fue reemplazada por La Cicciolina.