tiempos modernos

La realidad supera a la ficción

Cuando escribí la contratapa del domingo pasado (‘Diálogo inconstitucional’, donde aludía a una conjura internacional para reimplantar el comunismo en la Tierra), lejos estaba de suponer que tres días después, la Convención del Partido Colorado se convertiría en una especie de concurso verbal donde las más encumbradas autoridades de ese Partido se sacarían chispas en su afán por superar mis ironías.

Sí, debo reconocerlo: me tiraron el chico lejos. Es cierto que no hablaron de un complot extraterrestre, pero poco faltó. El fervor patriótico llevó a los dirigentes colorados a extremos francamente risibles en su patética denuncia contra el gobierno del Frente Amplio por avasallar a la Justicia y atentar contra la separación de los Poderes.

Visiblemente embargado por la emoción, un oscuro ex ministro confesó que temía por su vida, “pero si hay que ponerla, la voy a poner… ¡porque ‘muriendo también libertad’!”, exclamó casi al borde de las lágrimas. (Te juro que se me pone la piel de gallina al escribir esto).

Otro ex subsecretario no vaciló en afirmar que la historia recogerá este febrero de 2013 como un hito insoslayable en la historia del Partido de Rivera, pues fue el mes en que se reunió la Convención colorada para hacer frente a quienes “cuestionaron la separación de Poderes”. (Y sí, los colorados siempre defendieron las instituciones republicanas; hasta fueron capaces de dar un golpe de Estado para defenderlas… con eso le digo todo, mire).

El líder del sector mayoritario del Partido, con indisimulado y justificado orgullo, sumó su voz al coro: “El Partido Colorado está firme ante esta intención del Frente Amplio de pasar por arriba de la Justicia”. Y fue más lejos aun, comparando esa sesión de la Convención nada menos que con el Grito de Asencio: doscientos dos años después, estamos ante otra Admirable Alarma. (¿Será que Tabaré Viera es descendiente de Perico el bailarín?).

Pero la que se llevó las palmas en todo este festival del disparate fue la secretaria general del CEN colorado. Lanzó la voz de alerta haciendo notar el claro paralelismo entre este febrero y el de hace cuarenta años, el famoso febrero del 73. Por suerte todavía quedan mentes lúcidas que nos abren los ojos, porque yo no me había dado cuenta todavía de la similitud entre ambas situaciones. Igual que hace 40 años, los mandos de las Fuerzas Armadas están presionando a Mujica para que el Ñato renuncie, como antes exigieron a Bordaberry que destituyera al ministro Francese.

Pero ahora, a diferencia de aquel entonces, está el Partido Colorado en bloque, parado como un solo hombre en la defensa de las instituciones. Fiel a su trayectoria e inspirándose en preclaras figuras de su rica historia –como Latorre, Santos, Idiarte Borda, Gabriel Terra, Jorge Pacheco– ahí está el partido, pronto a sacrificarse en la defensa de la institucionalidad democrático-republicana, amenazada por la conjura internacional.

-Bueno, no exagere. Aquí no hay ninguna conjura internacional.

-¿Ah no? ¿Y qué me dice de Navi Pillay, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos? Fíjese qué manera descarada de inmiscuirse en nuestros asuntos privados: “Estoy sorprendida y preocupada por este fallo de la Suprema Corte, que declara inconstitucionales algunos artículos de la ley que permitió llevar ante la justicia violaciones a los derechos humanos cometidas durante el régimen militar de 1973 a 1985, anulando así la amnistía de facto en el país”, según un comunicado oficial de la ONU.

Y más adelante: “Me preocupa seriamente que estos hechos puedan restablecer las sombras de la impunidad en un país que ha comenzado a conciliarse con la verdad y la justicia, para el pleno cumplimiento de sus obligaciones derivadas del derecho internacional”, concluyó Pillay.

-Una injerencia inadmisible. Hay que declararla persona non grata.

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