opinión
La central se encuentra estudiando la posibilidad de colaborar con el control de precios a través de una posible cadena de almacenes que expendería productos de primera necesidad a precios bajos, lo cual serviría además como ente testigo. Si bien todavoa no hay un proyecto concluido, la iniciativa esta en preparacion y podria presentarse este [...]
La central se encuentra estudiando la posibilidad de colaborar con el control de precios a través de una posible cadena de almacenes que expendería productos de primera necesidad a precios bajos, lo cual serviría además como ente testigo. Si bien todavoa no hay un proyecto concluido, la iniciativa esta en preparacion y podria presentarse este primero de mayo, por lo menos en sus aspectos centrales.
La idea es brundarle a los miles de afiliados la posibilidad de integrar una especie de gran cooperativa de consumo con lo cual abaratar mucho los precios eliminando internediarios. A su vez, el ministro de Economía Fernando Lorenzo, preguntado por la iniciativa, manifestó: “Una preocupación de interés público. Cuando se suman los trabajadores o cualquier otro actor de la sociedad a contribuir a que los precios de consumo sean más competitivos y mejores y reflejen efectivamente las condiciones de eficiencia de la economía, lo tengo que saludar”. El martes pasado, en esta misma columna expresábamos nuestra preocupación por este tema, lo caro que está la comida en nuestro país.
Hay otras cosas caras también, pero la comida es vital para las familias y algo había que hacer. Como ya se había hecho con Cambadu y aquellas canastas de productos de primera necesidad, o el congelamiento de precios con los supermercados, o “el asado del Pepe”. Recordábamos también los tiempos de Subsistencias, que cumplía esa función hace algunas décadas. Por lo tanto saludamos que el PIT-CNT esté trabajando en este tema y que desde el gobierno se vean con buenos ojos estas iniciativas. Que no son fáciles de concretar, por todo lo que implican.
Pero hay algo fundamental detrás de todo esto, no hay gobierno ni Estado que pueda vigilar y controlar todo para que todo funcione bien. Se necesita que la sociedad, sus organizaciones sociales, sus fuerzas vivas, se organicen y actúen. Se ayuden, se defiendan. Porque está claro que los sectores más poderosos tienen otro respaldo, otro poder. Es un buen comienzo.
Jorge Pasculli
periodista