UNA VEZ MÁS
El Índice de Desarrollo Humano (IDH) nace con un propósito central: crear una medida que permita ir más allá del PIB per cápita como medida del desarrollo de los países. Enfrentando a las versiones liberales a ultranza que se refugiaban en el PIB per cápita como único indicador para evaluar la performance de los países, [...]
El Índice de Desarrollo Humano (IDH) nace con un propósito central: crear una medida que permita ir más allá del PIB per cápita como medida del desarrollo de los países. Enfrentando a las versiones liberales a ultranza que se refugiaban en el PIB per cápita como único indicador para evaluar la performance de los países, Amartya Sen junto a otros economistas, crean esta propuesta para incorporar en la medición de desarrollo cosas que realmente importan (la riqueza es en definitiva un medio para un fin): una vida plena y saludable. Así la esperanza de vida al nacer y la alfabetización y matriculación educativa se combinan con la riqueza per cápita de las naciones para una mejor forma de medir el desarrollo de la humanidad.
Un editorial reciente del diario El País busca utilizar políticamente a la última publicación del IDH, argumentando -lamentablemente desde la más bochornosa ignorancia técnica- que el mismo expresa el fracaso del Frente Amplio.
Dice El País: Las cifras cantan la dolorosa realidad: mientras que en 2006 -al cumplirse el primer año de gobierno de izquierda- Uruguay figuraba en el puesto 43 en el mundo, en este año 2013 nos ubican en el puesto 51. Tras ocho informes sucesivos caímos ocho puestos. Un récord deplorable.
Algunas aclaraciones
En primer lugar, no es el año 2013, el dato último es para el año 2012. Es recomendable ser prolijos.
En segundo término, hay que indicar que basta leer en el sitio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) el Informe de Desarrollo Humano. Allí se explica claramente que no se pueden comparar rankings anteriores con los actuales porque estos cambiaron sus metodologías y sus universos.
Uruguay figuraba en el puesto 43 en 2006 entre menos países que los que hoy se incluyen, que son 187.
Lo que importa entonces es mirar la evolución a lo largo de todo el período que va desde 1980 a 2012 con una única metodología. Debemos analizar por tanto, las series históricas del IDH que por cierto están también publicadas en este último informe al que refieren los editorialistas de El País.
A los editorialistas mucho les gusta compararnos con Chile. Pues hagámoslo. Uruguay se encontraba por encima de Chile en IDH en 1980. La excelente perfomance chilena entre 1980 y 2005 y la pobrísima performance uruguaya en el mismo período es lo que revierte esta situación.
Desde el 2005, con el comienzo del gobierno del Frente Amplio, y hasta el 2012, la brecha que se había generado a favor de Chile deja de ampliarse y logra cerrarse levemente. La misma alcanza su peor valor, 0.045 en 2005 y desciende a 0.027 en 2012.
Con la llegada del Frente Amplio al gobierno se revierte la situación de las décadas perdidas y comienza un período entre 2005 y 2012 de una clara mejoría en materia de desarrollo económico y social.
Con la misma información que utiliza El País podemos comparar cómo evolucionó el IDH entre 2005 y 2012, y se podrá observar en el informe que tanto en términos absolutos como relativos la performance del Uruguay es notoriamente buena.
Entre varios países, Uruguay es el que más avanza en términos relativos y absolutos. España, Portugal y Grecia muy especialmente expresan la crisis reciente con sus modestos y hasta negativos valores. Pero países que han tenido excelentes desempeños como Perú, Chile y Brasil presentan guarismos por debajo de Uruguay.
Tercero, tal vez se nos diga que hay que comparar con toda la región. Allí también lo afirmado es cierto. Uruguay avanza más que el promedio de América Latina y más que el promedio de los países de alto desarrollo humano, y ni que hablar si ajustáramos el IDH con el Indice de Gini que es el que mide cómo se distribuye la riqueza en una sociedad. Ahí a Uruguay le va mejor todavía.
Lo que hemos mostrado deja a las claras que el editorial de El País es un disparatario que refleja el muy pobre nivel periodístico. Nos parece muy recomendable que se publiciten informes que permitan dar una discusión sobre los avances y retrocesos eventuales que puede tener una gestión, pero lo mínimo que debemos reclamar, es que el uso de estadísticas no se transforme en un instrumento político de desinformación.
Desde el gobierno y desde el Frente Amplio continuaremos trabajando para afirmar y profundizar el proceso que hemos iniciado en 2005 de desarrollo con justicia social, ese que la gente siente que es así, en todo el país.
Por último, señores editorialistas del diario El País, el Índice de Desarrollo Humano no es una mala noticia para el Frente Amplio, es una buena noticia para el país; gracias a la performance entre 2005 y 2012: Uruguay ha mejorado.
Mónica Xavier