Hace 40 años el Senado debatía el desafuero de Enrique Erro
El jueves 25 se cumplen 40 años del ingreso al Parlamento de una solicitud de desafuero de Enrique Erro (1912-1984), uno de los cinco senadores del Frente Amplio (FA) de entonces, acusado por la Justicia Militar de ser “colaborador” del MLN. El principal testimonio contra Erro, pertenecía a Héctor Amodio Pérez, aquel ex guerrillero transformado en disciplinado delator. El Parlamento, estudió los cargos y los descartó. El plan golpista, del que Amodio formaba parte, culminaría a raíz de estos hechos, con la disolución de las cámaras, y la instauración de una larga dictadura (junio de 1973-marzo de 1985).
Según la Justicia Militar, Erro se había integrado al Movimiento de Liberación Tupamaros (MLN-T), “en carácter de informante” a solicitud de José Mujica, hoy presidente de los uruguayos, y desde fines de 1969, Amodio Pérez lo visitaba una vez por semana (los martes, en horas de la mañana), en su casa de la ciudad de La Paz (Canelones). Durante una etapa, los contactos los había hecho Alicia Rey Morales. Quienes afirmaban esto, eran Amodio y su mujer, Rey Morales, dos ex guerrilleros, que suministrarían a poco de su detención, información clave para desarticular al MLN en 1972, y después se sumarían a una serie de operaciones políticas gestadas por los mandos militares golpistas, para desprestigiar a la democracia y a algunos lideres políticos. (ver Ideario del 14/4/2013).
Erro era uno de ellos, lo mismo que Wilson Ferreira Aldunate (a quien la Junta de Comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, acusó de instigar un golpe en febrero de aquel año, lo que fue respondido por el caudillo blanco en el propio Senado); el capitán naval Omar Murdoch, presidente del directorio del Partido Nacional (al que un juez militar terminó procesando poco después por sus denuncias ante el avance autoritario); el senador colorado Amílcar Vasconcellos, el presidente de la Cámara de Representantes, el nacionalista Héctor Gutiérrez Ruiz, (secuestrado y asesinado en su exilio bonaerense en 1976), entre muchos otros.
Intransigente y duro a la hora de denunciar las violaciones a los derechos humanos, Erro era una figura molesta para el gobierno y los mandos castrenses de ese momento. Lo consideraban “un subversivo”, y querían sacárselo de encima de cualquier manera. Pero necesitaban antes convencer al Senado, para que aceptara dejar sin efecto sus fueros parlamentarios, cosa que no ocurrió. En medio de grandes presiones, el Senado no le creyó a Amodio Pérez. Entonces, la bancada de gobierno (pachequistas y quinicistas), impulsó como salida, hacerle en Diputados un juicio político al senador de izquierda. El 21 de junio, después de marchas y contramarchas, la mayoría de ese cuerpo se opuso a este recurso. Y poco después, sobrevendría el golpe de Estado.
Nacido en Montevideo en 1912 (14/IX) en un hogar en extremo modesto, Erro hizo la escuela, el liceo, los preparatorios de abogacía y cursó varios años en la Facultad de Derecho, sin llegar a graduarse. Era austero e íntegro. De niño, trabajó haciendo repartos y la contabilidad, en varios comercios de su barrio. Después fue, a lo largo de los años, administrativo en la OSE, cronista parlamentario en el diario Tribuna Popular, fundador del sindicato de periodistas (1944) y su presidente (1952); profesor de filosofía en Enseñanza Secundaria. En Colón, integró un movimiento que fundó muchas bibliotecas populares. Se casó y tuvo un hijo.
Su militancia política comenzó en 1932 en el Comité de la Juventud Herrerista. En la lista 2, liderada por Atilio Arrillaga Safón, se convirtió en uno de los imprescindibles. En 1953 estuvo en la Cámara de Diputados por tres meses. A partir del 7 de junio de 1955, sería ya titular de una banca. Integró desde entonces el cuerpo de editorialistas del diario El Debate, y fue ganándose la confianza de Luis Alberto de Herrera, que lo propuso para ministro, cuando en 1958 los blancos llegaron al gobierno. (ver recuadro). En 1956 Mujica conoció a Erro (su madre, militaba en la lista 2), y quedó fascinado con su sensibilidad ante la problemática de los trabajadores, y su antiimperialismo radical (ver “Mujica” de Miguel Campodónico, 1999). El actual presidente militaría con Erro, hasta su etapa guerrillera (llegó a ser el secretario general de la juventud de su sector).
En 1958, Erro presentó su propia lista (la 41), que alcanzó una muy buena votación (15.376 sufragios), y desde marzo de 1959, ocupó el Ministerio de Industria y Trabajo, siendo expulsado a los 10 meses por conflictos que tuvo con influyentes grupos empresariales, y aliados del herrerismo en el gobierno, como el consejero Benito Nardone, de la vertiente ruralista (ver recuadro). En 1960 regresó al Parlamento, Su ciclo como ministro no cambió su vida austera: siguió usando el ferrocarril o el ómnibus para trasladarse a su casa en La Paz.
En los dos años posteriores, tejió una alianza electoral con los socialistas y otros sectores que fundaron la Unión Popular (un verdadero desastre electoral, en que el PS perdió su representación parlamentaria). Erro, logró su reelección, y fue opositor al gobierno de la “ubedoxia” (1963-1967). En febrero de 1967, debió abandonar al Parlamento (su lista, la 4190, sacó en 1966, solo 2.227 votos). Pero no se jubiló (los legisladores tenían por entonces pasividades privilegiadas). Fundó en cambio una pequeña editorial, y se dedicó a la militancia política y a vender libros. El ciclo pachequista (1967-1972), lo encontró ubicado entre los más duramente críticos.
Cuando surgió el FA el 5 de febrero de 1971, Erro no estuvo. Wilson Ferreira, conociendo su popularidad, le ofreció la Intendencia de Montevideo; muchos de sus compañeros, creían que era la hora del Frente Amplio. Erro citó cinco días más tarde a una asamblea frente al local central de su grupo (en la intersección de las entonces calles Rondeau y Cerro Largo, Montevideo), que apoyó la integración de la 4190 a la flamante coalición. Cuando en la noche del 28 de noviembre se abrieron las urnas, grande fue la sorpresa. Respaldado por la izquierda más radical, la lista de Erro sacó 59.746 votos. El sublema Patria Grande (con la lista 1811, del entonces diputado Ariel Collazo), totalizó los 70.944 votos (un senador y cinco diputados). En febrero de 1972, Erro llegó al Senado.
Exiliado en Argentina (1973), el político de izquierda cuya prédica antidictatorial fue cada vez más intensa, se instaló en un hotel céntrico de Buenos Aires. Entre 1975 y 1976 estuvo preso por violar disposiciones que le impedían circular por las provincias cercanas a Uruguay, hasta que, con el estatuto de refugiado, viajó a Francia, donde falleció el 1º de octubre de 1984. En sus últimos años, se mostró hiperactivo, denunciando la realidad uruguaya, en permanentes giras que hizo por el mundo. Su casa en París, solía ser visitada por los uruguayos que estaban en el exilio. Erro es recordado hoy, por su generosidad.
LA ACUSACIÓN DE AMODIO QUE TERMINÓ EN GOLPE DE ESTADO
Parte del cuestionario enviado el 2 de mayo de 1973 por la comisión de Constitución y Legislación del Senado a Enrique R Erro, uno de los cinco senadores con que contaba entonces el Frente Amplio, raíz de la solicitud de desafuero planteada por la Justicia Militar. Esta dependencia del gobierno (Ministerio de Defensa Nacional), se basó principalmente en la denuncia de Héctor Amodio Pérez – quien aseguró que desde finales de 1969 mantenía contactos semanales (los martes, alrededor de las 10 de la mañana) con Erro en su casa– atribuyéndole la condición de “colaborador” del MLN. El parlamentario de izquierda rechazó esa acusación y fue respaldado por el Parlamento.
“ 1) Si conoció personalmente a Héctor Amodio Pérez. En caso afirmativo, cuándo lo conoció y en qué condiciones.
2) Si conoció personalmente al señor Héctor Amodio Pérez, si éste visitó su casa y en qué fecha (…)
3) Si conoció personalmente a Alicia Rey Morales y a Teresa Labrocca Rabelino (…)
4) Si conoció personalmente a Alberto Mujica Cordano. En caso afirmativo desde qué época lo conoció. Con qué frecuencia lo trató. Si militaron juntos en alguna actividad política
(siguen varias preguntas más)
Respuestas de Erro enviadas al presidente de esa comisión, el colorado Héctor Grauert, en la misma tarde del 2 de mayo.
1) Sí, cuando trabajaba en un diario de la capital, ya que notoriamente he estado vinculado durante años a los periodistas y gráficos y canillitas, habiendo presidido la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU) e integrado Consejos de Salarios para periodistas, fotógrafos de diarios y agencias cablegráficas extranjeras. Dicho conocimiento data de más de 10 años y lo fue a raíz de mi actividad, como me he relacionado con miles de orientales.
2) Nunca recibí en mi casa al señor Amodio Pérez.
3) A la primera persona la conozco; a la segunda, no. El conocimiento con la primera derivó de que esa persona cumplía tareas en la Universidad, a la que yo asistía con cierta regularidad. Dicha persona jamás concurrió a mi casa.
4) Sí, ya que integraba la Juventud Herrerista que luchaba contra el imperialismo, inspirada por Luis Alberto de Herrera.
Cuando fundamos la lista 41, en el Partido Nacional, en 1958, la mencionada persona acompañó este movimiento político. En el año 1962, al crearse la Unión Popular, figuró en las listas electorales respectivas. Con posterioridad a esas elecciones, dicha persona no militó mas en nuestro grupo político y dejé de verlo (…)”.
ERRO: “NO INTEGRO EL MLN-TUPAMAROS”
Dirigiéndose a sus pares en el Senado, Erro recordó que hacía 40 años que militaba en el mundo de la política. “Todos en el país me conocen”, subrayó. “Pero aun innecesario, por consideración a mis pares, afirmo ante esta Comisión de Constitución y Legislación del Senado, que no he integrado ni integro el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros ni ningún otro similar. No he participado en ninguno de esos movimientos, no he colaborado con ellos. Los que me conocen saben que si hubiera integrado, integrara en estos momentos uno de ellos, o participara, o coadyuvara, o cooperara, lo proclamaría, corriendo todos los riesgos correspondientes”.
Fuente: Cuadernos de Marcha Nº 73 “El Fin del Principio (27 de junio de 1973)”
EL MINISTRO ELEGIDO POR HERRERA
En su ensayo “Herrera, caudillo oriental” (Arca, 1969), Eduardo Víctor Haedo, integrante del gobierno colegiado después de la victoria blanca de 1958, recordaba que Luis Alberto de Herrera fue quien impulsó la candidatura de Enrique Erro al Ministerio de Industria y Trabajo. Erro, quien integraba la Cámara de Diputados desde junio de 1955, en esa elección fundó su propia lista (la 41), con una votación excepcionalmente alta (15.376 sufragios; tres bancas). El 1º de marzo de 1959 asumió ese cargo.
“(Herrera)”, decía Haedo, “proponía nombres para los ministerios. El viejo maestro de la Facultad de Derecho, Eugenio Lagarmilla, colorado, para Relaciones Exteriores y el políticamente ‘nuevito y populista’ Enrique Erro, para Industrias; el médico de las revoluciones (saravistas), Arturo Lussich, su gran adversario dentro del partido, para Salud Pública”.
Erro asumió su cargo en marzo de 1959 y solo permaneció 10 meses en el gabinete, tras enfrentarse a intereses oligárquicos muy poderosos, y en particular al líder ruralista Benito Nardone. El actual presidente José Mujica, que estaba en la juventud de su lista 41 y colaboró con Erro en el Ministerio, señaló: “Le cerraron todas las puertas y como Erro era un hombre de estatura moral, al final no se aguantó para hacer buena letra, se fue del Partido Nacional. Quemó las naves y pagó su precio, se quedó a la intemperie (…)… lo notable de Erro es que se mantuvo coherente con lo que pensaba(…)… la salida de los partidos tradicionales tenía el antecedente de Lorenzo Carnelli (ex legislador blanco) en la década del 20”. (“Mujica”, de Miguel Ángel Campodónico, Fin de Siglo, 1999).
“Desde el Ministerio de Industrias y Trabajo se empeñó en una misión imposible de moralidad, de combate contra los grandes intereses. Conocí de cerca las presiones brutales de los empresarios. Hubo uno que terminó en la cárcel, porque le ofreció a Erro coima por una compra de azúcar con un desparpajo que hablaba de su acostumbramiento. Erro lo hizo venir, le puso un comisario detrás de un biombo y logró mandarlo preso”.
(Búsqueda Nº 831 del 15 de febrero de 1996; entrevista de César Di Candia).
Por Luis Casal Beck