tiempos modernos
- ¿Qué me cuenta de las ovejas fluorescentes, cruza de matrimonio igualitario con aguavivas? - Un fracaso. - ¿Cómo un fracaso? ¿No vio las fotos? - Sí, pero solo brillan con luz negra. Y como sabe todo amante de la danza, bajo la luz negrea lo que brilla es lo blanco. - No sea necia. [...]
- ¿Qué me cuenta de las ovejas fluorescentes, cruza de matrimonio igualitario con aguavivas?
- Un fracaso.
- ¿Cómo un fracaso? ¿No vio las fotos?
- Sí, pero solo brillan con luz negra. Y como sabe todo amante de la danza, bajo la luz negrea lo que brilla es lo blanco.
- No sea necia.
- Bueno, brillan los dólares también. Así que quién sabe. Son verdes.
- Un triunfo continental.
- Sí, pero tampoco tanto. En la tapa de La Diaria ponen que es el primer animal transgénico de Latinoamérica y adentro ya aclaran que es el primer cordero.
- ¿Y los corderos no son animales?
- Sí, pero los argentinos tienen vacas que dan insulina. Y el ingeniero Grompone dice que son mejores que las nuestras, que solo dan leche. ¿Para qué sirve una oveja fluorescente?, se pregunta Mujica.
- ¿Usted también está contra las ciencias básicas? Ya se les va a encontrar utilidad.
- ¿Cómo qué?
- La trazabilidad; le ponemos un detector de billetes y enseguida sabemos si son mis ovejas o las del vecino. O el camuflaje; si nos invaden para robarnos nuestra majada, las escondemos en el pasto… Yo qué sé.
- Bueno, la verdad…
- O, la mejor: los buzos de lana fluorescente sirven para abrigar a la Policía Caminera en invierno sin que los pisen.
- Y arneses para los cuidacoches.
- A todos. Hasta que alcance la lana. ¿Ve que no hay que ser negativa?
- Sí, pero no me diga que no implica un riesgo ecológico brutal. ¿Tenían autorización ambiental?
- ¿Riesgo por qué?
- Mire si en lugar de fluorescentes, las ovejaguavivas les salían que si una las acaricia te dejan ardiendo.
- Ta bueno. ¿Para qué podría servir?
- A usted el sirve todo.
- Y usted siempre negativa. Siempre golpeando.
- Golpeando pasaron los hombres contra los monigotes esos femeninos que pusieron en la calle.
- ¿Qué me cuenta? Los vieron parecidos a una mujer y ya los agarraron a tortazos. Hubo que volver a pintarlos.
- Si, pero no sé si no estaría bien dejarlos. Y cada tanto reponerlos.
- ¿Para?
- Es mejor que tengan contra qué desahogarse. Dicen que a los niños es bueno darles juguetes para que los rompan a patadas cuando están nerviosos; o mascotas. Y los hombres son niños. Pelotudos y peligrosos, pero niños.
Irene Quake
analista