editorial

Un “Progre” en el trono del imperio

El discurso de Barack Obama al asumir nuevamente el gobierno tuvo fuerte repercusión no solo dentro del territorio de Estados Unidos, sino también fuera de fronteras.

Fue así que distintos analistas internacionales no dudaron en señalar que en la primera potencia mundial había asumido un político progresista, si se analiza la agenda de prioridades parea su segundo mandato. De esta forma dejó satisfechas a sus bases más progresistas, pero a la vez irritó a los conservadores republicanos, quienes consideran que escucharon un “grito de guerra para los liberales”.

El hecho de que Obama haya incluido entre sus retos el cambio climático, la inmigración, la igualdad de los homosexuales, la limitación de la venta de armas y el uso de la negociación en vez de la acción militar con “oponentes” como Irán, es al menos alentador para los sectores progresistas del país, dijo Susan Burgess, profesora de Políticas de la Universidad de Ohio.

Su discurso fue un “indicio robusto” de que es “muy sensible” a los temas que preocupan e interesan a sus bases más inclinadas a la izquierda, aseguró Patrick Griffin, profesor de la American University.

Con la economía recuperándose, aunque a ritmo aún lento, y resuelta una conquista social como la reforma sanitaria promulgada en 2010, Obama pretende dedicar tiempo y esfuerzos en los próximos cuatro años a las causas sociales que enumeró en su discurso.

A la vez el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, renovó la promesa del presidente estadounidense de cerrar en su nuevo mandato la prisión de la Base Naval de Guantánamo, donde aún quedan 166 personas detenidas, cosa que no cumplió en 2009.

Se puede decir que se está ante un grupo de iniciativas que bien se pueden calificar de progresistas, aunque subsista la duda de cuál será la actitud del Pentágono y de los poderosos grupos económicos, en materia de política internacional, fundamentalmente en relación con la paz.

Si Eisenhower se despidió de la presidencia del país más poderoso de la Tierra – dice El País de Madrid- previniendo contra el “complejo industrial-militar”, Obama, más poético, no ha quedado muy lejos al afirmar que “garantizar la seguridad y una paz duradera no requiere una guerra perpetua”.

Solo el tiempo dirá si el “progresista” Obama pudo con las clases dominantes o si estas le mostraron que no hay lugar para un “Progre” en el trono del imperio.

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