sorpresas

Parece mentira las cosas que veo (y oigo)

La presente nota tiene como objeto iniciar una serie tendiente a mostrar ciertas situaciones de poca trascendencia pública, pero que sin embargo, de no ser denunciadas o simplemente puestas en el tapete del conocimiento público, pasarían desapercibidas. Y entendemos que sería interesante que se conocieran los motivos que llevaron a realizarlas tal como aparecen a la vista o el oído del público.

El primero de esos casos es el de una propaganda de artículos de chacinería que pretende destacar la novedad (?) de unas hamburguesas que, con dos adicionales aditamentos circulares de “picada” como agregados “estéticos”, pretenden transformar la ya clásica y conocida hamburguesa redonda, en una forma más simpática y atractiva, a los ojos de los niños (consumidores), a los que va destinada (marketing que le dicen), y destacándose de este modo como un elemento de mayor entretenimiento y alegría en las fiestas de niños.

Pero lo peor no es eso, sino que para super-proponer el producto, se utiliza la descalificación de los llamados tradicionalmente “payasos”, personajes que se ganan la vida honradamente, tratando de hacer, mediante actitudes graciosas y entretenidas, más gratos y atractivos los eventos infantiles para los que se les contrata.

O sea que lo que plantea, en definitiva, es la sustitución de los tradicionales “payasos”, a los que “hace decir”, como confesión propia, la admisión de su fracaso, para interesar a sus pequeños espectadores, por esas “hamburguesitas” transformadas convenientemente en figuras simpáticas, hasta lograr que el éxito de la fiesta radique en su utilización, sustituyendo a los viejos y queridos “payasos” de nuestra idiosincrasia tradicional.

Para utilizar un calificativo “suave”, nos parece lamentable

El otro elemento a considerar, se trata de un “visto”, en las calles de Montevideo.

Y se trata de una “pieza arquitectónica” (¿?), colocada en el cantero central del bulevar Artigas, a la altura del puente de la calle Sarmiento, que luce, con especial destaque, una inscripción inexplicable de una reconocida firma de arquitectos. (De los Campos, Puente y Tournier)

No llegamos a entender, y pedimos disculpas por nuestra ignorancia, si la citada “pieza” corresponde a un homenaje explícito a dicha firma, por su larga y reconocida trayectoria en la plaza, o se trata, simplemente, de la identificación de quien realizó la ejecución de la “pieza” en sí misma, transformándose en sí mismo en un elemento propagandístico.

Y en todo caso, nos gustaría saberlo, porque nos ha quedado la intrigante duda del verdadero motivo del destaque de dicha empresa constructora, en el seno de la “obra arquitectónica” en cuestión.

Cosas veredes (y oieredes), Sancho. Y no es que lo hagamos simplemente por criticar. Parafraseando el decir del eximio Wimpi:

Lo decimos, nada más. Para que conste.

Volver arriba