américa latina y la unión europea

La Cumbre Celac-Unión Europea

Santiago de Chile es la sede, en estos días finales de enero, de una serie de reuniones internacionales. Entre los días el 26 y el 28 se realiza la VI Cumbre de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac) y la Unión Europea. El último día citado tendrá lugar la I Cumbre de la Celac, creada en Caracas en diciembre de 2011 y que en esta instancia transferirá la presidencia de manos de Chile a Cuba. En todo este lapso la Celac ha estado dirigida por una troika integrada por Chile, Venezuela y Cuba, y las notorias diferencias ideológicas entre los gobiernos del primero, por una parte, y de los dos restantes, por otra, no han sido óbice para un funcionamiento armónico y una adopción por consenso de todas las decisiones. Lo ha destacado el propio canciller chileno Alfredo Moreno, quien aludiendo a la dinámica del terceto, señaló: “Hemos trabajado muy bien (…) Sorprende mucho a algunas personas pero los cancilleres hemos viajado juntos a China, a múltiples encuentros en la ONU, y no hemos tenido ninguna dificultad, avanzamos muy bien”.

Al mismo tiempo, y siguiendo una modalidad que puso en práctica el Foro Social Mundial en sus reuniones en Porto Alegre y otras ciudades, tiene lugar en Santiago de Chile, en fechas previas a estas reuniones, una Cumbre de los Pueblos convocada bajo el lema: “Por la justicia social, la solidaridad internacional y la soberanía de los pueblos”, que convoca a cientos de organizaciones de la Unión Europea y de nuestra América. Para completar el cuadro, en el marco de esta Cumbre de los Pueblos se efectúa una actividad diferenciada organizada por el Partido de la Izquierda Europea y el Foro de Sâo Paulo (FSP), bajo el lema de “Las proposiciones de las fuerzas de izquierda de América Latina y de Europa frente a la crisis actual”, que reunirá en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile a representantes de fuerzas políticas, sociales, sindicales y estudiantiles chilenas, a dirigentes del FSP y de varios de sus partidos integrantes, y de los partidos de izquierda de diversos países europeos (España, Italia, Alemania, Francia, Holanda, Finlandia).

Es decir, que Santiago de Chile pasa a ser en estos días un centro de atención internacional.

La Cumbre Celac-Unión Europea exhibe el contraste flagrante entre dos continentes y entre dos orientaciones políticas en el gobierno de la mayoría de sus países. De un lado, el viejo continente padece una crisis cuyo final no se avizora y que sume en la desesperación a decenas de millones de seres humanos. Hechos recientes subrayan el agravamiento de este fenómeno. En España, el último trimestre de 2012 marcó un récord absoluto en materia de desocupación: 26,02%, abarcando a 5:965.400 trabajadores (y supera el 50% entre la juventud). Ha aumentado dramáticamente el número de desalojos y de personas que duermen en la calle. La tragedia de Grecia se revela, entre otros índices, en el aumento de los suicidios. Por el otro lado, en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, como expresión del cambio de época que se vive desde el comienzo del nuevo siglo y milenio, se está generando por la acción de los gobiernos de izquierda un cambio en la estructura misma de estas sociedades, mediante la reducción drástica de los índices de pobreza y de indigencia y la elevación de amplios sectores sociales a la atención de los servicios de salud, de educación, de vivienda. Uruguay es un buen ejemplo en esta materia, como lo expresan las últimas estadísticas de la Cepal. En la frase anterior citamos un concepto de Rafael Correa, y precisamente el presidente ecuatoriano está efectuando una eficaz campaña electoral sobre la base de las realizaciones de su gobierno, que lo llevará sin duda a la reelección el mes entrante.

Dice un estudio sobre la Cumbre de Santiago: “Es paradójico que mientras Europa –uno de los grandes polos del capitalismo desarrollado- se hunde en una crisis económica y social insondable debido a su apego a la ortodoxia del libre mercado, América Latina ha logrado capear el vendaval financiero iniciado en 2008 a escala mundial y exhibe importantes logros económicos que se han traducido en una distribución más justa de la riqueza y de notables avances sociales, sobre todo en países que se han negado a cumplir el recetario neoliberal”. Entre ellos Brasil, Bolivia, Uruguay, Ecuador, Venezuela, Argentina, Nicaragua, El Salvador, Cuba.

Esto no quita –agrega- que se puedan intensificar las relaciones entre los dos bloques de países en la esfera económica y comercial, en un plano de estricta igualdad y de respeto a las normas internacionales. Ya veremos.

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