opinión

Israel: en las elecciones, nació la esperanza de cambio

Grandes cambios se pueden perfilar, luego que Netanyahu-Liberman obtuvieran un “no” de parte de los votantes israelíes. Aunque igualmente es posible que formen un gobierno de alianzas, la complejidad de las nuevas formaciones en lo político no augura a la extrema derecha-religiosa su continuidad en las políticas de gobierno, sino al contrario, o un cambio o nuevas elecciones a futuro.

El gran despertar que asombró fue Yair Lapid, periodista de centro que llegó a 19 escaños, un 16% del total del Parlamento (Kneset, con 120 representantes). Comprometido con las capas medias, opuesto a los extremos, pasa a ser la figura central para lograr el equilibrio entre la extrema derecha, ligada a los sectores ultra-ortodoxos, frente al cambio que pidieron las urnas en Israel. Llama la atención a la vez, que en su campaña electoral tuvo un protagonismo político importante a través de Facebook. Periodista televisivo que no integró la clase política israelí anteriormente, nos permite interpretar que los israelíes votaron por ellos mismos, es decir por una mayor equidad social, por un posible diálogo con los palestinos, contra los extremos, por mayor laicidad y por figuras nuevas en la escena política. Dijeron “no” al miedo, no a la desigualdad, no al odio y algo más; quizás la paz es posible.

La posible futura coalición de gobierno, donde Netanyahu con un escaso margen, siendo igualmente el partido más votado, supuestamente está invitando a Yair Lapid a integrarse en su alianza. Esto significaría que Netanyahu tendría 60 escanios de apoyo( 99% de votos escrutados), contra igual cantidad de la oposición. De esta forma Lapid puede marcar los cambios de política del futuro gobierno (ya que se integraría a él) o no logrará el actual primer ministro armar su conflictiva coalición para gobernar. Sin Lapid, solo contará Netanyahu con 42 escaños, lo cual al no poder formar gobierno, y Peres, el actual presidente tendrá que pedir a Lapid (segunda fuerza política) que formara él su gobierno.

La alianza política del extremista Liberman del sector Israel Beiteinu con el Likud, partido de Netanyahu, obtuvo en estas elecciones solamente 31 representantes de 42 que sostenían en la Kneset anteriormente. Este 25% de pérdida de votos puede significar un “no” a las políticas, tanto de los asentamientos, por no avanzar hacia caminos de diálogo con los palestinos, y de falta de credibilidad hacia BIBI (Netanyahu) por parte de la mayoría del país.

Lapid pide:«Un gobierno que junte a las fuerzas moderadas para traer un cambio real a los israelíes», donde postula a la vez el ingreso de jóvenes ultra-ortodoxos al ejército y al mercado laboral, alejándose de los centros (Ieshivot) de estudios intensivos, subsidiados por el Estado.

El partido ultra-religioso Shas seguramente cuestionará su permanencia en la coalición, estando Lapid en la misma, un secular y moderado contrario a las posturas impulsadas por Shas de integrar la religión al Estado.

Todos los líderes del mundo, desde Obama, Murssi en Egipto, Abbas en Cisjordania, están a la expectativa de los futuros planteos de esta posible nueva coalición.

Hay escasos 40 días para poder formar gobierno, de lo contrario pasaría la segunda fuerza política a intentarlo.

Los partidos árabes israelíes lograron 12 escaños (10% del parlamento, cuando son el 20% de la población), habiendo muchos árabes israelíes que votaron a los partidos sionistas.

El Laborismo con Yachimovich logró 15 bancas, el Meretz (socialistas) se duplicaron llegando a 6 escaños.

Tampoco es fácil a la oposición, si se juntaría con los partidos árabes-israelíes para formar gobierno; puesto no superaría los 60 escaños.

Sin duda las posturas políticas de centro, serán el equilibrio entre las fuerzas de centro-izquierda y la extrema derecha con los ultra-religiosos.

Volver arriba