Opinión

El precio del dólar

En verano suelen volver a reciclarse temas que durante el año preocuparon a distintos sectores. Hoy nos referimos al peligro de un atraso cambiario, preocupación que se ha manifestado en diversos ámbitos.

Es una preocupación legítima, sin dudas. Porque si alguien precisa cien pesos para producir algo, empata la plata si lo exporta a cuatro dólares, con un dólar a $ 25. Pero si el dólar está a $ 20, precisará que le compren a cinco dólares y algunos clientes preferirán comprar en otro lado. Ese es, simplificado, el mecanismo que se conoce como pérdida de competitividad.

Los gobiernos nacionales durante muchos años usaron atrasos cambiarios forzados, por ejemplo devaluaciones administrativas en época de vender la zafra de lana, para mejorar la competitividad del país.

Pero el del tipo de cambio está directamente ligado a los mecanismos que producen inflación. Una devaluación provoca aumento de los precios importados, reclamos de aumento de salarios, aumentos de todos los costos, aumentos de todos los precios, etc. Es una ley de la economía mercantil -ni siquiera específicamente capitalista- que no puede bajarse a la vez el precio de nuestra moneda y la inflación. Hay que optar.

Otros de los gobiernos anteriores optaron por bajar la inflación para dar estabilidad y previsibilidad a la economía, pero a costa de una revaluación administrativa del peso, que se mantenía alto con el exclusivo sacrificio del Banco Central hasta que la situación reventaba, como en 1982 o en 2002.

Y el precio del dólar no depende solo de la voluntad del Directorio del Banco Central. Como con todas las mercaderías, incide la oferta y la demanda. Si a un país le va bien y exporta mucho, se inundará de dólares y éste bajará, lo que equivale a una revaluación de su moneda. Por esta regulación algunos países exitosos terminan mandando fabricar afuera los productos que antes exportaban. Además, desde el año 2011 se habla de una guerra de monedas, porque Estados Unidos emitió US$ 600 mil millones de dólares para que éste baje de precio y China tiene el Yuan administrativamente baja. El dólar, entonces, bajó en todo el mundo, inclusive el Uruguay.

Hay que optar. El equipo económico entiende que la inflación ataca directamente los salarios y debe ser prioridad. Además, Uruguay no está teniendo problemas de precios, salvo en artículos puntuales que se vendían a Argentina. De manera que el tipo de cambio puede sufrir un poco sin mayores prejuicios. Pero eso no implica que le hayan sacado el ojo al dólar. Cuando a principio de mes bajó demasiado, realizó comprar record para mantenerlo con un mínimo de oscilaciones. ¿Puede llegar a ser un problema prioritario? Seguramente; con el mundo inestable, habrá que seguir el tema de cereca.

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