Lunes, 21 de Enero, 2013. Montevideo - Uruguay
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tiempos modernos

Diálogos post socráticos

Julio Guillot
periodista
PUBLICADO el Domingo 20 de enero, 2013
Julio Guillot

-Este calor me está matando.

-¿Le ha espinado el corazón?

-No, eso no. Pero es como si hubieran botado basura en mi verde jardín.

-Pero si usted vive en un apartamento. ¿De qué jardín me está hablando?

-¿Qué? ¿Está mal vivir en un apartamento?

-No, yo no dije eso; digo que cómo va a decir que le tiraron basura en el jardín si usted no tiene jardín.

-Jardín, lo que se dice jardín, no tengo; para qué le voy a mentir…

-¿Entonces? ¿Hubo un jardín o fue el jardín un sueño?

-Mire, eso no se lo voy a contestar. Al final se está portando como una bullanguera mascarita de un mistongo carnaval.

-Y usted es un farabute que alquila un bulín en la calle Ayacucho, sin jardín, ni parrillero, ni ascensor, ni portero, ni vecinos.

-Para que sepa, yo nunca viví en esa calle; eso son habladurías de la gente, que es brutal cuando se ensaña. Yo soy del centro, del centro de la ciudad.

-Pero no se me agrande, hágame el favor. Si en el arrabal usted es más manyado que el tango La Cumparsita…

-Es cierto que me crié en polvorientos callejones de tierra y en perdidas poblaciones, entre paicas y malevos; con decirle que yo me paraba en una esquina rosada bajo la quieta luz de un farol. Después anduve rodando como bolita de purrete arrabalero hasta que me instalé acá, en la ciudad, tan alta que nos dejó sin sol.

-Sin embargo, lo he visto campaneando un cacho de sol en la vereda…

-¡Ah esas veredas que yo pisé en noches llenas de hastío y de frío! Noches largas en las que maduró la fruta amarga…

-Supongo que en esas noches se ponía a mirar su vida en el cristal de un charquito…

-Bueno, eso si había llovido; porque si no, difícil. Una buena lluvia como la que caía cuando los dos brindamos por la vuelta… ¿Se acuerda?

-¿Pero cómo quiere que me acuerde si yo jamás brindé con usted? Vaya uno a saber con qué muñequita dulce y rubia se andaba revolcando…

-Se llamaba Ivonne. Fue la que me traje de París entre tango y mate.

-Ah, mire usted. Yo pensé que era la que se había cortado el pelo como se usa y se lo había teñido color champán…

-No me haga acordar; yo sigo esperando amarrado al recuerdo… Nunca más la vi, nunca más su voz nombró mi nombre junto a mí.

-Esa sí que era una mina rara, como encendida.

-Si sería rara que era más blanda que el agua blanda…

-Bueno, y al final, ¿averiguó quién fue el guaso que tiró basura en su verde jardín?

-Y, yo calculo que fueron los de Adeom.

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