vade retro satanás

“Delenda est Carthago”

En la larga y prolífera historia de Roma la antigua, se destaca un hecho que no por anecdótico deja de ser llamativo y, cambiando el reloj del tiempo, ubicándolo en nuestro pequeño Uruguay, llevándolo al plano doméstico de la política, asistimos a los émulos de Catón el Viejo (El Censor) quien, tras cada discurso en el augusto Senado del Imperio, remataba con la apocalíptica frase “delenda est Carthago” (destruir Cartago), el competidor de Roma en el dominio del Mare Nostrum -el Mediterráneo- tarea de que se encargará posteriormente el célebre general romano Escipión el Africano; no solo se encargará de destruir Cartago, sino también de pasar el arado por los escombros de la guerra.

Hay, en la oposición política al gobierno del Frente Amplio, esa fiebre destructiva de sustituir el debate de ideas, de proyecto de país, de programas, por la práctica de la demolición del oponente, mediante una campaña sistemática a través de los grandes medios de erosionar el accionar del gobierno. El hostigamiento, la hostilidad hacia los ministros, es alarmante; el puerto de aguas profundas en Rocha, el Sucive, el funcionamiento de las escuelas, la ley sobre el aborto, la reciente ley de creación de la Universidad Tecnológica, los accidentes, los incendios, los rateríos de gallinas… todo lo pequeño, lo minúsculo, lo magro, les sirve y es útil para destrozar, cortar y pasar el arado sobre la obra y las obras de este gobierno.

Que en Punta del Este, nuestro principal balneario, se haya resuelto el saneamiento que a ellos nunca les preocupó, que el país haya exportado casi 9.000 millones de dólares en un año -cifra inédita-, que el PBI haya llegado a más de 50.000 millones de dólares, que los argentinos (pese a los problemas de moneda, de dura competencia con Mar del Plata, Pinamar, etc.) mantenga una fidelidad hacia Punta del Este, que el número uno de los futbolistas (Messi) con su familia haya vacacionado en Uruguay, no es noticia… porque el puente que une Maldonado con Rocha tiene críticas aisladas, entonces: tierra arrasada. No, no es una fiebre, es una desesperación por desdibujar la imagen de un gobierno que desde Batlle y Ordóñez es el primero que ha emprendido una política de inversiones públicas, de inversiones privadas (cerca de 3.000 millones de dólares en 2012); al mismo tiempo generamos empleo (tasa de desocupación cercana al 6%), a la vez, salarios adecuados y negociados en los concejos de salarios; al mismo tiempo aumento de jubilaciones y pensiones a niveles nunca vistos.

Por supuesto que hay desfasajes, que hay que seguir igualando hacia arriba. No somos tontos, queremos y trabajamos para volver a ganar, pero somos conscientes de que ante el Uruguay en el siglo XXI hay dos caminos: uno es el de revertir el proceso de inclusión social que desarrolló el FA, que es el camino del Partido Colorado de Bordaberry y el del Partido Nacional de Lacalle… y como siempre los herreristas terminan absorbiendo, sino imponiendo, su estirpe conservadora como fue en 1916 la unión con Manini Ríos para derrotar en la constituyente a Batlle y Ordóñez, o como en 1933 para aliarse con Terra y la Federación Rural para dar el golpe, reformar la Constitución y establecer el vergonzoso Senado del medio y medio: 50% para los Colorados terristas y 50% para los Herreristas. Ni qué hablar en el proceso cívico-militar del que el 27 de junio se cumplirán 40 años, en el que pactan con Bordaberry y hasta tienen un presidente herrerista ¡Aparicio Méndez! Toda la historia política de este país ha encontrado en horas de definición juntos a blancos y colorados reaccionarios.

En esta etapa, esta es la pastilla adecuada, edulcorada, pero pastilla al fin: engrupir a la gente con que este gobierno es el caos y ellos la salvación nacional, por supuesto el orden del garrote vil de Franco y los “Torquemada de la edad media”.

Vade retro Satanás.

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