editorial

Con las cosas bien puestas

El presidente José Mujica ha mostrado, una vez más, una particular sensibilidad para entender la hora de los latinoamericanos y el Caribe. En la reciente reunión de la Celac, donde asumió como presidente el cubano Raúl Castro, el primer mandatario uruguayo destacó que se estaba ante una reunión de jefes de Estado, que por primera vez no participaba Estados Unidos.

El patio trasero de EEUU, los pueblos que residen al sur del río Bravo, se plantó firme ante la hora política mundial y, sin discursos radicalizados, consolidó el proceso de integración regional.

Con la modestia que lo caracteriza, dijo que “se está viviendo algo que no tiene antecedentes en la historia de América Latina”. El Presidente dijo que “nunca en la historia” de América Latina se dio un proceso de unidad como el que se da hoy en día, y pidió abordar el tema de “la enseñanza y la construcción de una cultura (…) con sentido parturiento y hacia delante”.

Con un lenguaje cuidado no dudó en hacer referencias concretas a quienes han construido un espacio para la nueva hora política. En ese sentido no dudó en destacar el papel jugado por Hugo Chávez “y la prédica de Fidel Castro”, así como el papel de Simón Bolívar:

“Todos instintivamente tenemos conciencia de que para ser fuertes nos tenemos que juntar. Cuanto más nos dividamos, más débiles vamos a ser y más gobernados desde afuera”, puntualizó, por lo que “nuestros intereses nos obligan a pasar por arriba a nuestras diferencias”, dijo en una reunión en que las izquierdas y las derechas supieron dialogar con respeto, poniendo por encima de las conductas ideológicas los intereses de los pueblos.

Según Mujica, el de hoy es “otro mundo”, en el que se vislumbra la revolución de “la informática y la biología” a la que “apenas estamos entrando”, y dijo que esto implica un “cambio cultural”, porque “antes no nos podíamos ni sentar a hablar”. Esto ocurre porque “entre nosotros no está el patrón del Norte”, y en cambio “estamos empezando a ser el patrón de nosotros mismos. Es un momento muy particular”, destacó

También resaltó la importancia de la enseñanza, cuando dijo “hay que profundizarla”, sin olvidarse de que la misma viene “viene de la mano de la cultura”. Hay que “amparar y defender la vida, (que) es una de las claves que tenemos que discutir con sentido parturiento y hacia delante”.

Estos conceptos fueron sostenidos por el presidente cubano Raúl Castro: “Estamos obligados a alcanzar progresos considerables en la educación como base del desarrollo económico y social. Nada de lo que nos proponemos, desde la disminución de la inequidad hasta la reducción de la brecha tecnológica y digital, sería posible sin ello”, afirmó.

Sin duda estamos ante una nueva época, hay que saber disfrutarla pero también hay que no perderla, para seguir caminando por la senda del desarrollo y el progresismo.

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