Miércoles, 16 de Enero, 2013. Montevideo - Uruguay
Edición Impresa
Iniciar sesión Registrarse

Análisis de la semana

Chávez: el silencio de Mujica y las críticas de los “otros”

Hugo Chávez volvió a estar en el centro de la escena política uruguaya. El viaje del presidente Mujica a Venezuela desató una polémica en el país con comentarios sobre los que bien vale reflexionar.

Gustavo Carabajal PUBLICADO el Domingo 13 de enero, 2013

Hay momentos para hablar y otros para callar. Signos de sabiduría y madurez. Códigos de respeto y humanidad que están por encima de los partidismos, las ideologías y hasta de las más viscerales diferencias políticas. La dura realidad que enfrenta el presidente venezolano es un claro ejemplo de ello. No es tiempo de aprovechar un hecho desgraciado para sacar ningún rédito, mucho menos para criticar con liviandad buscando descalificar desde las más bajas ansias de protagonismo político.

El multitudinario acto que dio inicio al tercer período de gobierno de Hugo Chávez provocó actitudes de los dos tipos. En Venezuela y en Uruguay. Unos prefirieron respetuosamente callar; otros, optaron por sacar rédito y ganarse un minúsculo titular en los diarios.

Mujica eligió el silencio. Fue su manera de honrar el nombre de un amigo del que siempre habló mucho. Podía tranquilamente haber satisfecho la expectativa de una enorme multitud que esperaba escucharlo destacar, con su habitual verborragia, la imagen de Hugo Chávez. Pero el “Pepe” volvió a sorprender y eligió callarse la boca.

“Hay un hombre que está dando la batalla por la vida y está en el corazón de ustedes, eso es lo único que tiene sentido, y si mañana no está: unidad, paz y trabajo”, se limitó a decir el presidente uruguayo, cediendo apenas una reflexión ante la insistencia de un público deseoso de escucharlo.

No hizo falta más, la gente lo entendió y aceptó serenamente la escueta participación de Mujica. “Esta tarde sobran las palabras, y cuando sobran los sentimientos, las palabras no los traducen”, les dijo antes de regresar a su asiento en el palco montado para festejar el nuevo gobierno de un hombre que hace unos meses nomás ganó ampliamente las elecciones y hoy pelea por sobrevivir.

Tenía tanto para decir Mujica. Siempre le sobraron las palabras para hablar de Chávez, de su generosidad con Uruguay. Podía agradecer como lo hizo decenas de veces “a un presidente que supo ser solidario con el pueblo uruguayo” sin medir ningún tipo de consecuencias políticas. Pero las palabras quedarán para otro momento, y está bien que así sea. “Permítanme callarme la boca porque tengo muchos años, he visto muchas manifestaciones como estas, se me llena el alma de recuerdos y de nombres que no están”, reflexionó el presidente.

Otros en cambio eligieron hablar. Y criticar. Y juzgar. Como si el presidente que hoy libra una cruel batalla por su vida jamás hubiera levantado un dedo por nadie en este país. Apenas nomás Mujica pidió hacer silencio y esperar, el senador colorado José Amorín dijo a Montevideo Portal que lo del presidente uruguayo le parecía “patético” porque “pidió autorización para hacer una cosa e hizo otra”. Después le tocó el turno al ex presidente Lacalle quien quizás para ser más original que Amorín al calificativo “patético” le agregó “horrible” y fue más allá al decir que también le dio “vergüenza” la actitud de Mujica.

¿Patético?, ¿horrible?, ¿vergüenza?, ¿poner lo político por encima de todo?

A veces, las distancias entre los que hablan y los que callan son tan largas que ni vale la pena gastar tiempo en comentarlas. Basta con escucharlas y reflexionar en silencio.

Facebook
Volver arriba

0 Comentarios

Debes estar registrado y haber iniciado sesión para poder realizar comentarios. Registrarse



  1. la verdad ke ami no me sorprende lo ke digan los blankicolorados (rosaditos para ser mejor ) me asombraria ke no digeran nada pero ya los conocemos son figuritas repetidas