bugarach

Pequeño poblado francés se prepara para el fin del mundo

Según los vecinos y autoridades del poblado francés en el que habitan 186 personas, en los últimos tiempos la llegada de visitantes se ha incrementado en cantidades preocupantes y de hecho para este 21 de diciembre se espera que arriben unos 40.000 turistas. ¿El motivo de la visita? En algunos casos acudir a una suerte de encuentro espiritual, y en otros, directamente, sobrevivir al fin del mundo.

Ocurre que la montaña de Bugarach es considerada un lugar místico en el que muchos esperan que en el marco del apocalipsis maya aterrice una nave nodriza para rescatarlos del fin de los tiempos.

¿Qué lo hace tan especial?

Desde el punto de vista geológico, la montaña de Bugarach es una rareza por ser  una “montaña al revés” producto del cabalgamiento de las placas que la componen. El cabalgamiento es un tipo de falla inversa, o sea una rotura en la corteza de la Tierra en el que las rocas de posición inferior son empujadas hacia arriba, por encima de los estratos más recientes. Así,sus capas que datan de tres millones de años están invertidas y generan un campo energético que es percibido por los seguidores del new age como algo único.

Además, la montaña está compuesta de piedra caliza y por ello tiene numerosas cuevas y galerías que despiertan la imaginación y han generado a lo largo de la historia numerosos “mitos”.

Muchos de los seguidores de las teorías new age y del fin del mundo creen que debajo del monte Bugarach hay una ciudad de luz “intraterrana” y a ello responde el hecho de que en las cercanías haya vórtices de energía, avistamiento de platillos voladores y seres extraterrestres.

Asimismo, hay numerosas historias conspirativas que hablan de una curiosa expedición en helicóptero a la cima del ex presidente francés François Mitterrand; de excavaciones realizadas por los nazis y el Mossad; de la presencia del Santo Grial en las cercanías y hasta de una vida paralela de Cristo y María Magdalena en la ciudad ubicada debajo de la montaña.

Precauciones

Lo cierto es que ante el revuelo y las altas expectativas, las autoridades decidieron cerrar los accesos a la montaña como medida de prevención. Nadie podrá instalarse cerca de la cumbre; y el ayuntamiento delimitará una zona de campos que se destinará a la prensa, ya que se espera que lleguen unos 150 periodistas a cubrir el eventual fin del mundo.

El alcalde local, Jean-Pierre Delord, afirmó a el Daily Telegraph que aunque podría parecer una situación cómica “no es un motivo de risa”, porque “si mañana llegan 10,000 visitantes a este pueblo de 200 habitantes no darán a basto”. “He informado a las autoridades regionales sobre nuestra preocupación y queremos que el ejército nos proteja si fuese necesario cuando diciembre del 2012 este más cerca”, agregó.

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