tiempos modernos

Petraeus la merece

- ¿Cómo no va a caer un jefe de la CIA por mails comprometedores? Es el abecé del espionaje, que hay que tener cuidado. Lo sé hasta yo.

- No, pero mire que no es tan fácil. Los mails no eran de Petraeus, sino de la que le escribió la biografía.

- ¡Qué muchacha esta! ¿No? Se enamoró literalmente de su personaje.

- Es la transferencia, diría Freud. Y sigue la contra transferencia.

- Y la recontra. Al final parecía Obsesión Fatal.

- Era. Era. Ella se creía una chica Bond. Pero lo que no entiendo es qué tiene que ver que le metiera cuernos a la mujer con que tuviera que renunciar. Lo volteó el FBI, que como en la mejor época de Hoover, sigue las actividades de alcoba de todo el gobierno al que supuestamente obedece.

- Es viejo eso de la descalificación. Andaban las elecciones por ahí. En todas las campañas…

- Ah, ¿no es nuevo?

- Para nada. No he estudiado el interesante tema, pero le puedo decir que en la Universidad de Salamanca durante el Renacimiento, había campañas para la elección de las cátedras. Como supondrá, mirando por ejemplo nuestra malhadada Facultad de Enfermería, todo le llevaba en un ambiente de sereno análisis. Pero supondrá mal, porque había competencias feroces y bandos que pintaban letreros por todas partes. En fin.

- ¿Ya había letreros?

- De todos los colores. Y supe de un candidato a catedrático llamado Almofara.

- No tuvieron muchos hijos los Almofara.

- Casi no quedan. Pero este, al menos tenía amigos. Y le pintaban el siguiente eslogan:

Almofara la merece

Por ser más, y más parece.

- Agencia publicitaria tenía.

- Ecco. Pero el otro también. Y le agregaban:

El albarda

Burra parda.

- No entiendo. ¿Qué es el albarda?

- Es la monturita para cargarle peso a los burros. Pero la gracia es que quedaba así.

Almofara la merece, el albarda

Por ser más, y más parece burra parda.

- Psicopolítica. Estos habían aprendido en la CIA.

- Deje. Manga de graciosos. Parece mentira; gente grande.

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