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editorial

El matrimonio igualitario

editorial PUBLICADO el Lunes 5 de noviembre, 2012
La República Digital

La tapa de ayer del periódico francés Journal du Dimanche, anuncia que la nueva cruzada de la Iglesia Católica francesa será contra el matrimonio para todos; léase matrimonio entre cónyuges del mismo sexo. Justo ahora en Uruguay se está redondeando un proyecto de ley en tal sentido.

En los años 60 se popularizó la frase: “Yo no creo en el matrimonio, porque al amor no lo pueden reglamentar con papeles”. Es un razonamiento bastante estúpido. Sobre todo porque parte de darle al contrato matrimonial un valor y un ámbito que no tiene. ¿Qué es el matrimonio civil? Un contrato. Uno especial, pero es un contrato entre particulares. El oficial del Registro Civil sigue diciendo “los declaro marido y mujer” porque cuando se creó la institución matrimonial civil, era fuerte la tradición de que el casamiento lo “produce” alguien con poderes divinos. Pero a la larga, lo que constará es la firma estampada por los contrayentes. Podría suprimirse la fórmula oral. No existe que el escribano diga “los declaro propietario e inquilino”.

¿Por qué se casa la gente? Muchas parejas viven felizmente sin casarse. Es que el contrato implica una serie de garantías, como la presunción de paternidad o la comunidad de ganancias, que dan garantías a los cónyuges. El Estado dice: si quieren que reconozca, vele por el cumplimiento de esas condiciones especiales, avisen; vengan y firmen. Cásense. En Uruguay, aun eso está debilitado, ya que una ley reciente permite que ese contrato se considere tácito en determinadas condiciones. Y de hecho, algunas parejas del mismo sexo se acogieron a esa posibilidad.

¿Por qué habría de negarse a quien quiera contraer un contrato de ese tipo la posibilidad de hacerlo? La Iglesia Católica francesa habla del “equilibrio de la especie humana”. Un poco alarmista y sin dudas fuera de tema. La posibilidad o no de compartir o heredar ingresos no obligará a nadie a procrear ni a cambiar sus preferencias amorosas. Y, en todo caso, eso estaría lejos de las competencias del Estado.

Los católicos consideran que la homosexualidad es un pecado y tienen una ceremonia religiosa preformativa e indisoluble para el matrimonio. Sigan así; nadie les impedirá seguir creyendo y practicando esas cosas.

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Un Comentario

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  1. …la desnaturalización de las prácticas heterosexuales es lo que subyace en ésta propuesta degenerada.
    Como ya lo señalé cuando el asunto de la rectora, los homosexuales necesitan que el ambiente sea homosexual, si no es asi no pueden practicar el sexo .Necesitan que los heterosexuales no manifiesten ser distintos para crear ése ambiente homosexual. Y ¿ cómo evitar que se manifiesten distintos ? Practicando los mismos ritos de modo que éstos ya no indiquen la calidad de heterosexual
    Eso es el iguatarismo matrimonial : mediante la asquerosa imitación anular la diferencia para que el heterosexual no encuentre un modo de manifestarse y destruya el ambiente homosexual donde éstos sí pueden proliferar
    Un triunfo de la homosexualidad en su eterno combate por el espacio sexual que los heterosexuales ocupan.
    La,sociedad hace una discriminación criminal de los heterosexuales mediante ésta porqueria llamada matrimonio igualitario.
    Una mas para el collar de calamidades de éste desgobierno