tiempos modernos

El dinero y la razón

Desde que en 2008 estalló la burbuja inmobiliaria, pueden leerse periódicamente los análisis de especialistas que nos alertan acerca del predominio de lo financiero en el capitalismo posmoderno. Y desde el año pasado, esa realidad se ha vuelto palpable en la crisis que sufren las naciones europeas de la zona euro; a tal punto que la solución presentada como la única posible es un paquete de medidas financieras entre las que cabe mencionar el nombramiento de banqueros como ministros de economía.

Es que la economía se ha vuelto cada vez más virtual, más intangible, más abstracta: la riqueza parece haberse desplazado del sector secundario hacia el de servicios. La actividad fabril cedió paso a la especulación financiera; los bancos y las bolsas son más importantes que las fábricas.

Esto, que parece algo relativamente reciente, ya lo había advertido a mediados del siglo pasado no un economista sino un escritor (narrador, poeta, ensayista): Ernesto Sábato. En 1951 el pensador argentino había publicado ‘Hombres y engranajes’, una recopilación de reflexiones acerca de la crisis que ya por entonces sacudía a una civilización basada en la razón y la máquina.

Dice Sábato: “El dinero y la razón otorgaron el poder secular al hombre, no a pesar de la abstracción sino gracias a ella. La idea de que el poder está unido a la fuerza física y a la materia es la creencia de las personas sin imaginación. Para ellos, una cachiporra es más eficaz que un logaritmo, un lingote de oro es más valioso que una letra de cambio. Pero la verdad es que el imperio del hombre se multiplicó desde el momento en que comenzó a reemplazar las cachiporras por logaritmos y los lingotes de oro por letras de cambio. (…) Los logaritmos, en fin, terminan por imponerse sobre la cachiporra, lo abstracto concluye por dominar lo concreto. No fueron las máquinas quienes desencadenaron el poder capitalista, sino el capitalismo financiero quien sometió la industria a su poderío”.

Así que no nos sorprendamos al advertir que lo financiero prevalece por sobre lo productivo, pues es una condición natural del capitalismo desde que este sistema empezó a afianzarse y a expandirse por el mundo.

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