editorial

Ahora le toca a Ecuador

América se prepara para un nuevo triunfo electoral en febrero, luego de las victorias en Venezuela, Chile, San Pablo, Río de Janeiro y Nicaragua. Esta vez será en Ecuador, donde la mayoría de los ecuatorianos promueven la reelección del presidente Rafael Correa.

Correa recibió el sábado último el entusiasta apoyo de unos 20 mil delegados en la segunda Convención Nacional del Movimiento Alianza País. En la oportunidad fundamentó la propuesta de que el ex ministro coordinador de Sectores Estratégicos Jorge Glass sea el próximo vicepresidente, por su eficiencia en el desarrollo de sectores clave para ese país.

Glass atenderá los decisivos sectores de petróleo, agua, energía, telecomunicaciones, petroquímica, siderúrgicas e hidroeléctricas.

Explicó el líder del movimiento gobernante que en estos seis años de mandato se han cumplido los cinco ejes propuestos en 2007, pero aún no están acabados, y ahora se incrementarán en cinco más en respuesta a las necesidades crecientes para el desarrollo nacional.

Los diez puntos sobre los que se basará el próximo gobierno de Correa, en caso de ser confirmado en febrero cuando la ciudadanía concurra a las urnas, son: “Profundización de la revolución constitucional para avanzar hacia una patria nueva y socialista; la revolución económica, productiva y del trabajo, que incluye la revolución agraria; la revolución social; la lucha contra la corrupción, la revolución de la ética; revolución de la soberanía y dignidad de la patria grande, adjudicando particular papel a la Unasur y a la Celac; revolución ambiental; revolución de la Justicia”, en la cual recalcó “vamos a inaugurar verdaderamente la Justicia para todos y todas, y no solo para los grupos económicos poderosos, gracias a la consulta popular”; revolución del conocimiento, ciencia y tecnología; revolución urbana; y la revolución cultural, pues como denunció Correa, “la alienación cultural es otra forma de dominación del imperialismo, tenemos que promover nuestros valores culturales, y necesitamos un cambio cultural, lo más importante, tal vez”.

De confirmarse el triunfo del pueblo progresista ecuatoriano, estaríamos ante un cambio sustancial en el norte de América del Sur, debido a la proximidad con Venezuela, pero también muy próximo a una Colombia que parece caminar con pasos de paz, hacia un futuro no muy lejano.

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