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Acuerdo para combatir al crimen organizado

editorial PUBLICADO el Sábado 10 de noviembre, 2012
La República Digital

Prosiguiendo con su oposición radicalizada, los partidos del llano no dieron sus votos al acuerdo recíproco de información tributaria con Argentina; la ratificación del convenio en el Senado se aprobó exclusivamente con los votos del oficialismo. La oposición pretendía que la aprobación del tratado tuviera algún beneficio concreto como contrapartida, algún “trueque”, pues entiende que solo Argentina se beneficia con el acuerdo.

Cuesta entender esa postura intransigente de blancos y colorados en un asunto de capital importancia para el país, pero se ve claramente que para ellos cuenta más sostener ese perfil opositor a ultranza y mantener su imagen de encono hacia el gobierno argentino.

Un nacionalismo mal entendido y pueril los lleva a despreciar el verdadero interés nacional. Este tipo de acuerdos, como el suscrito con Argentina, es lo que habilita a que Uruguay deje de estar en la “lista gris” de la OCDE, acceda a la categoría de cooperante y avente lejos la ominosa mácula de ser considerado un paraíso fiscal. Recordemos, de paso, que fueron los partidos tradicionales (o sus dirigentes más comprometidos con las recetas del neoliberalismo, como los doctores Lacalle y Batlle) los que apostaron a un modelo de país basado precisamente en el turismo, los servicios, las exoneraciones fiscales y el secreto bancario, lo que llevó al desmantelamiento del aparato productivo, al cierre de empresas, a la pérdida de puestos de trabajo y a la desocupación, con los trágicos efectos sociales que todo ello supuso.

Pero volvamos al tratado con Argentina. Como bien ha dicho el senador Eduardo Lorier, “todavía seguimos creyendo que un país debe desarrollar sus procesos productivos sobre bases que tengan un fuerte contenido ético, de dignidad nacional. Por lo tanto, nos lo exija la OCDE, el G20, Argentina o quien sea, somos nosotros mismos, sin aceptar presiones de nadie y por nuestra propia ética, los que debemos hacer las cosas como corresponde, como deben hacerse, aunque no haya ningún ‘trueque’ de por medio”.

El desarrollo de un país no puede estar sustentado en facilitar los medios y habilitar mecanismos para atraer capitales de origen espurio que vienen a blanquearse al amparo de una plaza financiera inmoral.

Cuando en todo el orbe -Uruguay incluido- se libra una batalla sin cuartel contra el narcotráfico, la trata de blancas, el comercio ilícito de armas, la evasión fiscal y otras actividades delictivas a gran escala, todos los países están obligados a cooperar y a adecuar su legislación de modo de obstaculizar por todos los medios la acción de las mafias criminales.

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Un Comentario

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  1. Si el capital que viene es de origen narcotráfico, terrorismo. venta de armas, trata de blancas u otro de esos delitos contra la persona humana, está bien que se rechace, y sin necesidad de tratados. Pero si es simplemente alguien que invierte aquí porque nuestras exigencias tributarias son menores que las de su país de origen, es reprobable la califacación de “espurio” que le pretende dar el articulista. Que se ocupe el gobierno del país de origen en eixgir dentro de sus fronteras el pago de los impuestos, pero que no espere alcahuetes que le soplen desde el extranjero.