DEBATE

Acerca de la actualización ideológica del Frente Amplio

Solemos tomarnos un descanso (¿obligado?), cuando la falta de interés (personal), en los aconteceres políticos así lo amerita. Ello explica el silencio de nuestros modestos aportes, cuando las situaciones de la rutina política no motivan nuestro temperamental arranque. Es que estamos siempre, como la tortuga, esperando oír “el golpe del balde”. Pero hay temas que nos sacan prodigiosamente de ese letargo. Y este es uno de ellos.

Hace mucho, muchísimo tiempo, que desde dentro del FA se viene sosteniendo la necesidad de un “aggiornamento” ideológico. Eso se ha vuelto más evidente y necesario, desde el momento en que la realidad, al haber dejado de ser oposición para ser gobierno, y teniendo como causa el haber dejado de ser izquierda para intentar captar más votos, motivó el “viraje” al centro de una parte numéricamente importante del MPP (la del Pepe y el Ñato), con el convencimiento filosófico de que “una cosa es (lo que se debe decir al) ser oposición y otra, (lo que se debe hacer al) ser gobierno”. Ello motivó la primera y más importante ruptura de la CI, agrupamiento de izquierda frenteamplista, si los hubo, que llegó a ser segunda fuerza del FA en ese momento, con el  alejamiento de la parte del MPP mencionada, a la que se le sumó la del 26 de Marzo (en aquel entonces, el de Fernando Sendic), para desempolvar, aunque tan solo en lo literal, la fórmula de efecto electoral engañoso “Mujica-Sendic”. También ocurrió, más o menos simultáneamente, el ingreso de los grupos del Encuentro Progresista, que junto a los “independientes”, arreados como tales, engañosamente, por la “independientista” AU de Astori, llegarían a formar lo que es hoy el FLS.

Mucha agua fue pasando bajo los puentes, que significara, con el tiempo, como señala la lógica, un “aguamiento” de aquel vino noble del FA fundacional.

Desde ese momento en que se vislumbró la posibilidad inmediata de ser gobierno, y con la entrada oportuna de aliados, (algunos de los cuales se habían ido un rato antes…), se hace más evidente de que dentro del FA hay más de una corriente, y entonces se ve con ojos radicalmente diferentes el futuro ideológico del mismo.

Por eso es que la simple mención que indica el título de esta nota nos hace correr un frío por la espina dorsal y nos lleva a  “abrir bien los ganchos”, ante la posible dirección, de las muchas que están, o no, a la vista y sobre la mesa, que pueda tomarse, atribuyéndose ese necesario pero delicado objetivo.

Una de ellas, por ejemplo, podría significar desechar por anacrónicos ciertos principios del FA fundacional. Como podría ser por ejemplo el antiimperialismo. Nada menos.

Y es una duda fundamental, tratándose de Tabaré que se permitió por sí y ante sí, solicitar ayuda militar a su amigo Bush, con quien anduvo de “picos pardos” en Anchorena. Y de cuyo reconocimiento de la verdad del malhadado pedido de ayuda no tenemos dudas por tratarse de confesión de parte, que catalogamos en su momento oportuno, en una nota publicada en La República, titulada “Suicidio de lesa ideología”.

¿Es esta la idea que campea en algunos sobre la necesidad de la actualización ideológica a llevar a cabo?

También nos preguntamos si está dentro de esa necesaria actualización ideológica la idea de que un presidente de un partido que se dice de izquierda, pueda anteponer, usando la anacrónica y oligárquica rémora constitucional que significa el uso del veto presidencial, superponiendo la voluntad de un solo individuo, por iluminado que este parezca, a la de todo un Cuerpo Constitucional que entendemos como representativo, hasta donde se puede, de la soberanía popular.

Como ocurrió en el caso del veto a la primera aprobada ley de protección de la salud sexual de la mujer.

La idea de que un ente, como lo es un partido político, debe actualizarse permanentemente no tiene argumentos válidos que la contrapongan. Todo ser social que no se actualiza permanentemente se estanca. Y el estancamiento es la parálisis que lleva, inexorablemente, a la muerte.

Pero el problema no es lo obvio de la imprescindible actualización, sino hacia adónde se apunta con las “soluciones actualizadoras”. Porque muchas de ellas pueden esconder, sin que se pueda dejar ver, un alto contenido regresivo.

Y además, y por si fuera poco, adjunta aparece, como llovida del cielo (¿?), la “guiñada”  de Tabaré a las bases frenteamplistas, como posible candidato a un segundo período.

La idea de que Tabaré sea (¿otra vez?) el Mesías que salve a la patria del holocausto de la derecha, tiene, por lo menos, varios contrafilos.

1-El ofrecerle una nueva oportunidad a quien demostró vocación de resolver por sí y ante sí, (léase con prescindencia absoluta y permanente de la fuerza política, que, desgraciadamente no luchó contra ese inaceptable flagelo), sin importarle principios irrenunciables, (y ni siquiera quitados aún del Programa…, para “actualizarlo”), ni situaciones donde la ética política debiera estar por encima, inclusive, de normas constitucionales creadas para beneficio exclusivo de los sostenedores de gobiernos oligárquicos, que fueron quienes engendraron dichos textos para servirse de ellos, por ser afines a sus mezquinos intereses, significa, final y trágicamente, entregar los sagrados designios del pueblo, atados de pies y manos, a quien no ha encontrado inconvenientes en su proceso anterior en ignorarlos y desobedecerlos.

2-Para muchos frenteamplistas (muchísimos, lamentablemente), lo único que importa, en la próxima elección, que ya se presenta como difícil, es ganar. Independientemente de lo que después se llegue a hacer con el poder obtenido, en manos de Mesías devenidos, por la fuerza de los hechos concatenados, como plenipotenciarios.                                                                                                                                  Es por eso que, cuando se plantean estas lógicas dudas esenciales que tenemos y deseamos socializar, muchos tratan de “chiflar y mirar pa’ otro lado”, sin dar respuestas serias, amparándose, como todo argumento, en el poco serio “Y ya lo ve, y ya lo ve…”.

Seguimos entendiendo que se vuelve imprescindible como mínimo, para los que así opinan, preguntar a Tabaré cuál es su actual posición sobre los dos entuertos mencionados y muy mal resueltos por él. Para saber, entre otras cosas, adónde apunta con eso de la “actualización ideológica del FA”, que le dicen. Y para no sentirse nuevamente engañados, más temprano que tarde.

 

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