Martes, 18 de Diciembre, 2012. Montevideo - Uruguay
Edición Impresa
Iniciar sesión Registrarse

ELECCIONES VENEZOLANAS

Vencedores y derrotados

Leopoldo Amondarain PUBLICADO el Domingo 14 de octubre, 2012
Leopoldo Amondarain

No perdió Capriles, cuya imagen es la de un buen y honrado candidato. Y tampoco ganó solamente Chávez, también ganó Venezuela. El evento electoral fue un acto democrático donde decidió el pueblo. ¡El que perdió fue EEUU y sus socios del Wall Street!.

Ganaron también sin dudas, los nacionalismos. Los que se enfrentan a los imperios en todas partes del mundo, defendiendo las independencias y soberanías libérrimas de sus respectivos pueblos. Lo hizo Perón, Getulio, el gran Nasser, Yasser Arafat, el propio Castro no obstante su marxistización nefasta, lo hizo Sandino al que asesinaron para matar sus ideas nacionalistas en una mazmorra neoyorquina, lo hace Irán y Ahmadineyad y todos los que siguen marcando ideas de dignidad y soberanía nacionalistas.

Los yanquis no se han percatado aun de lo nefasto de Wall Street con su poder económico devastador y deshumanizado, con sus socios que se anotan a su “sombra” para terminar pidiendo y exigiendo guerras mundiales. No es humano ni se puede vivir queriendo gobernar el mundo, en sucesión interminable de guerras, cuyo fin es justificar o imponer, según dicen, “el sistema de vida americana”. Y la tal vida yanqui, que puede ser muy “agradable” para ellos, no tiene que ser necesariamente feliz para el resto del Orbe. Cada cual, cada país, tiene sus perfiles propios. Lo que pueden preferir Wall Street y sus propietarios no tiene que ser aceptable ni honroso para el bienestar nuestro.

Chávez, bien o mal, con acierto casual o pensado, se sacudió ese estigma. Cosa que no hizo Capriles. Por supuesto que el señor Montaner hace y seguirá dando magnificas explicaciones que publicarán los diarios cagancheros, sobre las razones del triunfo chavista. Lo que no pueden explicar porque no entienden o no lo quieren reconocer, es la idea nacional. El defender la soberanía y libertad de las patrias contra el desborde de ambiciones imperiales de las grandes potencias.

Ahora vienen las elecciones en el imperio. No obstante existir un movimiento y muy serio, en la propio USA (interno) contra la guerra. Ya se aprontan los ejércitos por si hay otra conflagración mundial y de proporciones mayores contra Irán y los árabes. Árabes que aseguraban haber arrasado y liquidado sus sistemas políticos, queriéndole ahora imponerles un sistema de vida afín a sus paladares. No obstante, siguen luchando sin estar vencidos precisamente. ¡No les alcanza el perder en todos lados! La ambición por apoderarse de riquezas ajenas con sus poderes militares y bancarios económicos imperiales, no tiene limites. Incluso exponiendo a los ciudadanos de su propio país a muertes y desgastes éticos a nivel mundial. Tienen el tupé de exigirle a Chávez, que guste o no ganó en buena ley, que haga aperturas. Tiene todo el derecho de hacer las “aperturas” que le venga en ganas y no las que se le ocurra al “morocho” Obama y los que le dan “manija” entre las sombras.

Supóngase, Dios no lo quiera, que sobrevenga la guerra, y Venezuela como es lógico según su conveniencia, le sube el costo del barrilito de oro negro. O lo que también puede pasar, no le quiera vender a la USA los hidrocarburos, teniendo en cuenta que es su principal proveedor. ¿Qué harían? ¿Invadir a sangre y fuego (como tantas veces lo hicieron) a Venezuela para quedarse con su petróleo? ¡Qué puede hacerle una mancha más al tigre!

Hay algo destacable entre las muchas cosas positivas en este resultado electoral. Y es la actitud muy real y noble según parece de Capriles, de aunar el sentimiento y esfuerzo nacional venezolano. ¡No es poca cosa! En la medida del peligro, es posible que Miami y asociados se sigan metiendo en los intereses de la interna venezolana. En aras de quedarse con sus riquezas. Las luchas por las independencias políticas y económicas entre los poderes imperialistas son muy viejas y siempre son los mismos. Desde las épocas de la lejana América de Artigas, San Martín, Juan Manuel de Rosas, Oribe, Francisco Solano López, Martí, O´Higgins, Sucre, y demás héroes del siglo XIX, sumado a los ya nombrados del siglo XX, ha sido interminable pero muy honrosa y noble la lista de héroes por las luchas libertarias de sus pueblos, contra los imperios europeos y yanqui actual. La libertad política e independencia económica de los pueblos es el concepto definitivo de la razón de ser vital. ¡Loor a Venezuela!.

Facebook
Volver arriba

2 Comentarios

Debes estar registrado y haber iniciado sesión para poder realizar comentarios. Registrarse



  1. Lamentable la admiración de Amondarain por el islamofascismo iraní. Desde Buenos Aires hasta Kenya, desde Tailandia hasta Bulgaria, los iraníes han estado involucrados en innumerables atentados terroristas. Han reprimido salvajemente las protestas populares del 2009 contra la falsificación de las elecciones, ha financiado y apoyado directamente con sus soldados al terrorismo de estado sirio y sus 270 centros de tortura. Irán difunde una ideología totalitaria que niega la existencia del Holocausto y llama repetidamente a la destrucción del Estado judío. En los últimos años miles de iraníes fueron ejecutados y castigados con amputaciones y flagelaciones. Hay un estricto control sobre los medios de comunicación (internet incluída) y detenciones de periodistas, cineastas, y documentalistas. Kurdos, cristianos conversos, bahaíes, homosexuales, y otras minorías son hostigados. Pero Amondarain sacrifica todos los valores en el altar del antiamericanismo.

  2. Ni una mención al asesinato de cristianos por parte del integrismo islamico.
    Ni al de judíos, budistas e hindúes.
    Ni siquiera al asesinato intraconfesional entre sunitas y chiitas.
    No se mencionan los violentos enfrentamientos que se producen en Egipto entre partidarios de la Hermandad Musulmana y los laicos.
    No hay referencia a la masacre que está cometiendo la dictadura siria en contra de su pueblo.
    Sólo el enfermizo antinorteamericanismo impregna este editorial.
    Y la voluntad de presentarse como “políticamente correcto”.
    Coqueteando entre el nacionalismo y el marxismo.
    Entre el poncho y el uniforme verde oliva.