editorial

Los números del Frente Amplio (III)

Continuamos desgranando algunos números de los siete años de gestión del Frente Amplio en el gobierno, repasando logros, avances, pero también desafíos y deberes pendientes. Los cinco puntos precedentes se centraron en lo económico y social. Es tiempo de hurgar en lo mediático-cultural, en los mecanismos de construcción de hegemonía, en el sentido graciano del término.

Hay números inmutables en los últimos 50 años de la historia uruguaya. Tres números: 4, 10 y 12. Los canales abiertos de los tres grupos empresariales que constituyen un monopolio de facto de los medios de comunicación del más diverso tipo y absoluta hegemonía en materia de TV, particularmente TV cable. Objeto de concesiones por parte de los gobiernos colorados y blancos, jamás han pagado ningún canon por la porción del espectro radioeléctrico de que gozan. Durante el gobierno de Tabaré Vázquez pretendieron, sin éxito, ampliar ese privilegio al derecho a proveer servicios de conexión a Internet, al menos en el caso del grupo 4 y 12.

Sin pagar nada. Completamente atentos a las políticas comunicacionales de la dictadura, ejercen un gran poder de lobby en base al temor de cualquier político a quedar fuera de sus pantallas (o adentro para ser atacado ferozmente). Liberales para Internet, proteccionistas para la TV, en la que se consideran con “derechos adquiridos”. Con matices, netamente funcionales a la derecha y distribuidores del discurso CNN, Fox y Grupo Clarín: Proveedores de enlatados paupérrimos.

Celosos vigías de que el viejo y querido Canal 5 – la ahora mejorada TNU- no les salga a pelear la cancha grande (cabe recordar el primer proyecto para Canal 5 del doctor Julio María Sanguinetti con el Dr. Carlos Maggi al frente, que no llegó siquiera a un día de emisión). Los gobiernos del FA en este tema han avanzado sustantivamente menos que en otras áreas, pero están haciendo algunos avances, a saber:

En el gobierno de Tabaré se aprobó la ley de Medios Comunitarios, un avance parcial pero de gran relevancia. Pese a las reiteradas intentonas, el mismo gobierno no concedió licencias para la provisión de Internet a los grupos del monopolio mediático de facto. En el gobierno Mujica, Antel ha tomado una actitud de vanguardia comercial, publicitaria y tecnológica incuestionable. El despliegue de fibra óptica hasta los hogares (ya no solo en Montevideo, sino que, desde el viernes pasado, también en Rocha) así como el despliegue de la mejor tecnología celular (LTE) proveen una formidable infraestructura de telecomunicaciones bajo control estatal, ciudadano.

Y con infraestructuras de telecomunicaciones así, es bien posible pensar en más y mejores medios de comunicación. En este mismo gobierno, a través del decreto de TV digital abierta y – trabajosamente a través de la aún no aprobada Ley de Medios, que parece tímida al lado de otras de la región – se están pautando avances muy sustantivos:

a) Repartición del espectro en forma equitativa entre los medios estatales, comunitarios y comerciales.

b) Cobro de un canon a todos los operadores comerciales (hecho absolutamente histórico a valorar debidamente).

c) Exigencias de estímulo a contenidos nacionales y de servicio social a través de todos los medios.

d) Exigencia de mecanismos de oposición y presentación pública de propuestas para toda concesión a futuro.

e) Determinación de plazo de prescripción de concesiones de permisos, los cuales por primera vez serán realmente revocables (otro hecho histórico).

f) Limitación de la concentración de medios en las mismas manos.

Insisto en que puesto a pedir y con suficiente tiempo a favor, uno podría soñar más, pero esta realidad, planteada hoy y ahora, es un paso adelante muy sustantivo, que aún no se ha dado y que debe darse en el Parlamento cuanto antes.

Pues si así fuera, los números del FA habrían logrado la gran alquimia de terminar con el eterno arbitrio de tres números mágicos (4, 10 y 12) en la determinación de la agenda social y la cultura hegemónica.

Y esta alquimia los partido tradicionales ciertamente jamás la forjarán. El momento es ahora. El Frente Amplio, si se lo propone, puede lograr una conquista histórica para la efectiva democracia en el Uruguay.

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