"un suceso feliz"

Las crisis y conflictos de la relación de pareja

La película, que inicialmente se plantea como una comedia romántica convencional, examina frontalmente las consecuencias del advenimiento de un hijo en una relación afectiva.

En ese contexto, el sexo opera como disparador inicial del amor, en un vínculo que deviene luego maduro y consistente, pero no es obviamente invulnerable al inexorable desgaste.

El personaje central del relato es Bárbara (Louise Bourgoin), una intelectual apasionada por la filosofía que se relaciona con Nicolas Malle (Pio Marmai), un empedernido cinéfilo que trabaja en un videoclub.

Tal es el perfil de los integrantes de esta peculiar pareja, que tienen mucho de bohemios, soñadores y escindidos de una realidad a menudo bastante insalubre.

En ese contexto, el arribo de la pequeña Lea a sus vidas -que es naturalmente el suceso feliz al cual alude el título- provocará más de una conmoción, por la falta de preparación y de madurez para afrontar la nueva situación.

La más afectada de los dos es obviamente la mujer, que por tener que hacerse cargo permanentemente de su beba, abandona en parte su profesión, con todo lo que ello supone.

Por supuesto, este cuadro humano es virtualmente idéntico al de cualquier pareja uruguaya, dramáticamente expuesta al prematuro agotamiento o aplacamiento de la pasión por la irrupción de un tercer y determinante actor en escena: un hijo.

El film sugiere –explícitamente- que aunque el nacimiento de un vástago a menudo refuerza la relación y mejora el perfil de la afectividad, igualmente provoca una fractura en la intimidad, que antes era compartida únicamente por dos personas.

Este es el esquema argumental que diseña Remi Bezancon en su calidad de director y guionista, en una fuerte apuesta a examinar las relaciones humanas en situaciones complejas.

En ese contexto, la historia se articula en torno a la indisociable relación de correspondencia entre el sexo y la felicidad que, en el caso de una pareja joven, es siempre determinante.

La obra sugiere que, aunque cueste admitirlo y asumirlo, las nuevas responsabilidades -en este caso ser padre y madre- suelen horadar el idílico romanticismo y la fantasía primigenia.

Tal cual lo corroboran los protagonistas de esta historia, el caso concreto de la llegada de un hijo -que es una experiencia a la vez feliz e irritable- supone un cambio radical en las rutinas, que suele suscitar enojos y malestares.

En esta historia mínima pero no menos elocuente por su formulación y resolución, esta contingencia es afrontada como una suerte de crisis individual y grupal que tiene mucho de neurosis.

Inspirándose en la novela de Eliette Abécassis, el realizador galo construye una arquitectura argumental frontal, incisiva y nada enrevesada, que retrata el traumático tránsito de la euforia al desencanto, la frustración y el vacío existencial.

La película corrobora que, casi siempre, el demoledor peso de la responsabilidad filial recae sobre la mujer. En esta historia, la protagonista debe afrontar el cuidado de la pequeña casi en soledad, por la exasperante inoperancia de su marido.

Incluso, la particular coyuntura reactiva otros conflictos familiares que parecían dormidos o definitivamente superados, los cuales, en realidad, perduraban en un estado latente.

No obstante, una de las mayores virtudes del film es presentar este cuadro problemático con un humor bien desenfadado, que, en buena medida, desdramatiza la situación.

“Un suceso feliz” es una película de género incierto, que mixtura la comedia con el drama y reflexiona sobre los dilemas existenciales del amor y el sexo y los desencantos e incertidumbres de la vida cotidiana en pareja.

Ficha técnica

Un suceso feliz (Un heureux événement). Francia 2011. Dirección: Remi Bezancon. Guion: Remi Bezancon y Vanessa Portal. Producción: Genevieve Lenal. Fotografía: Shopie Morod. Montaje: Shopie Reine. Música: Sinclar. Reparto: Louise Bourgoin, Pio Marmas, Josiane Balasto, Thierre Fremont y Gabrielle Lazure.

Volver arriba