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La droga como problema y fuente de controversias

La edición de este libro coincide con la iniciativa del gobierno de José Mujica, que propone despenalizar la comercialización de la marihuana bajo estricto control estatal, como estrategia para combatir la expansión, comercio y consumo de drogas más duras, particularmente de la pasta base.

La idea, que se plasmó en un proyecto de ley a consideración del Parlamento, suscita agrias controversias entre el oficialismo y el bloque opositor, con participación de organizaciones sociales y especialistas en la materia.

En todo este debate, que está apenas en una etapa embrionaria, se perciben fuertes dicotomías que responden a factores de naturaleza cultural y a la falta de madurez para analizar un tema de fuerte repercusión en la agenda pública.

Más allá de eventuales y muy respetables abordajes científicos, abundan los prejuicios largamente arraigados en el imaginario social, así como las hipocresías, los dobles discursos y los catecismos apócrifos y moralizantes.

Mediante una prolija pesquisa periodística, Guillermo Garat se adentra en los territorios poco frecuentados de la génesis del consumo y el comercio de estupefacientes en nuestro país.

En tal sentido, el autor incursiona en la trama histórica y cultural para corroborar que -hace más de un siglo- Uruguay era bastante más permisivo con estas prácticas, las cuales, en el presente, son habitualmente demonizadas.

En efecto, en el Uruguay del 900, que coincidió con un crucial punto de inflexión y mutación del modelo político y social impulsado por el batllismo, la venta y consumo de los opiáceos era virtualmente libre, particularmente para usos médicos y, obviamente, no penalizada.

Sin embargo, con el devenir del tiempo, la presión internacional marcó otros rumbos y la readecuación de la legislación interna a las nuevas tendencias en la materia.

Abrevando de diversas fuentes informativas -diarios, documentos y testimonios varios- Guillermo Garat confirma que los tiempos más duros para los consumidores coincidieron con el largo ciclo dictatorial, cuando miles de jóvenes adictos fueron salvajemente reprimidos y recluidos en hospitales psiquiátricos, como si fueran meros delincuentes o enajenados mentales.

Obviamente, los autoritarios de turno asociaban la drogadicción a filosofías políticas o ideologías contrarias al statu quo y, según su dogmático discurso único, a los presuntos intereses y el estilo de vida de nuestra sociedad.

En este trabajo minucioso y documentado, el joven periodista reposiciona el tema en la escena del debate público, en un concienzudo análisis que no soslaya ningún ángulo de abordaje.

Al respecto, el autor recuerda las razias contra adictos durante la primera presidencia de Julio María Sanguinetti, que enfatizaban más la represión al consumo que al mero comercio.

Tampoco soslaya la estrecha vinculación entre el narcotráfico como negocio a gran escala con el lavado de dinero y las actividades de algunas organizaciones que funcionan bajo fachadas legales.

“Marihuana y otras yerbas” es una investigación potente y removedora, que incursiona osadamente en uno de los temas más controvertidos del pasado y el presente.

El libro aporta abundantes insumos para la reflexión, en torno al consumo y tráfico de sustancias adictivas, las conductas sociales, los mentados problemas de la inseguridad y los prejuicios instalados en el imaginario colectivo.

(Edición de Debate)

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