rayitos de luz

Intercambio revelador

El 2 de octubre el diario israelí “Yediot Ajaronot” publicó un interesante intercambio de correos electrónicos entre un disidente sirio y un periodista israelí, cuya franqueza resulta reveladora. Lo que sigue es la versión dada por el periodista israelí David Ivri de ambos textos, quien, por razones obvias, omite el nombre de su interlocutor.

Mensaje sirio: “Desde que era un niño pequeño, los gobiernos árabes y musulmanes siempre utilizaron a Israel como una excusa para privar a sus pueblos de libertad y de dinero. Las recientes protestas por la estúpida película sobre el profeta Mahoma son la misma cosa. Durante más de 18 meses, Assad ha estado matando musulmanes, bombardeando mezquitas, quemando ejemplares del Corán, insultando al profeta Mahoma y llamándose Dios a sí mismo.

Entonces ¿por qué los líderes musulmanes inducen a sus pueblos a manifestarse contra los Estados Unidos e Israel, pero no contra Assad? Todo es parte de un plan para unir a los pueblos árabes y musulmanes contra un enemigo exterior (Israel o los Estados Unidos) y desviar su atención de los verdaderos crímenes cometidos por sus líderes, que continúan robando y matando a sus propios pueblos. Incluso el Hezbollah de Nasrallah se unió a las manifestaciones para desviar la atención de las masacres de Assad.

Para ser claros, Israel, los Estados Unidos y Occidente nunca cometieron crímenes que puedan parecerse a las atrocidades de Assad contra los musulmanes. ¿Por qué el mundo árabe no lo admite? Una vez más, se trata de mantener a sus pueblos preocupados con Israel y con Occidente, mientras los líderes mismos siguen con el saqueo y la matanza a sus propios pueblos.

Por otra parte, oí que Israel quiere mantener a Assad en el poder y pide a los EEUU no apoyar a la disidencia armada. No estoy seguro de la veracidad de estos rumores. Por favor, déjame saber si tienes más información. Feliz Año Nuevo y paz para todos”.

Respuesta israelí: “Estimado amigo, como israelí estoy avergonzado de tener que admitir que Israel no tiene una política exterior en relación a nuestros países vecinos. Pero la culpa no es solo nuestra. El rechazo de la mayoría de nuestros vecinos a vivir en paz en Israel ha reforzado la tensión estática existente así como la ausencia de una interacción positiva. En general, los israelíes no van más allá de la creencia de que todos los árabes están contra nosotros. Si fuera así, todo dictador árabe podría ser mejor que una situación mala que puede volverse peor. Eso es lo que parece suceder con Egipto. Mubarak no era ningún amigo de Israel, pero el gobierno que lo sucedió es aun más hostil.

No conozco la posición oficial israelí sobre un posible cambio de gobierno en Siria. Básicamente, la posición comúnmente aceptada es ‘esperemos lo que va a pasar’ y entonces veremos cómo encarar la situación.

Assad no es ningún amigo de Israel: sus estrechas relaciones con Irán, Hezbollah y grupos como Jihad Islámico y Hamas son más que suficientes para clasificarlo como enemigo de Israel.

Por otra parte, la frontera norte en el Golán ha estado tranquila durante más de 40 años. El hecho de que el Frente Sirio Armado no ha expresado públicamente nada positivo sobre su actitud hacia una eventual paz con Israel no resulta en absoluto alentadora para los israelíes.

Yo expresé en el pasado la opinión de que Israel debía ayudar a sus vecinos a lograr su liberación del opresivo yugo del régimen de Assad. Ayudarlos sería un hermoso acto humanitario, que quizás podría abrir el camino para una nueva relación entre los pueblos de Siria y de Israel.

Yo podría estar equivocado, pero no creo que la nueva Siria pueda ser un vecino peor para Israel que el régimen de Assad. Ya es hora de que Israel haga mayores esfuerzos para estimular el crecimiento en la sociedad árabe de un liderazgo que no necesite de la carta del ‘odio a Israel’ para poder sobrevivir”.

Hasta aquí el intercambio. Sin duda, sería un error exagerar la importancia política del diálogo entre dos personas sin poder de decisión. Sin embargo, es indicador de que en la oscura situación del Medio Oriente no faltan pequeños rayos de luz.

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