LUCHA DE CLASES

Europa y su próximo 14 de noviembre

El próximo 14 de noviembre la Confederación Europea de Sindicatos (CES) convoca a una serie de protestas en todos los países del viejo continente. Entre las medidas hay paros generales de 24 horas ya convocados por España, Portugal y Grecia. Según varios analistas puede estar planteado que el paro se lleve adelante en más países además de los tres que ya han confirmado.

La brutal crisis capitalista que tiene hoy uno de sus su epicentros en Europa nos demuestra que las viejas banderas del movimiento obrero vuelven al escenario político, aquello del internacionalismo proletario. El 14 de noviembre nuevamente estará en la cartelera mundial, seguramente muchos así no lo quieran llamar, pero es esta una realidad inobjetable.

El que las cúpulas sindicales de España y Portugal hayan llevado esta propuesta al CES demuestra una situación insostenible, donde la gente clama por profundizar las medidas de lucha. A esta medida no se llega por casualidad: es una serie de luchas que los trabajadores desde el despegue de la crisis vienen llevando adelante, primeramente en forma aislada, luego a nivel nacional y hoy ya es continental. Seguramente en el seno de las organizaciones del campo popular europeo se viene desarrollando una serie de debates políticos que hacen madurar las salidas a la crisis.

El sistema capitalista muestra grietas de descomposición permanentes y cada vez más profundas, las cuales hacen generar resistencia por parte de los primeros afectados, los trabajadores.

El retorno al llamado “Estado benefactor” es inviable en la actual coyuntura; el quiebre definitivo del euro como moneda es insalvable, lo que determinará una aun mayor profundización de la crisis.

Los capitalistas europeos con la complicidad de los partidos políticos durante los años de “bonanza” se encargaron de regimentar al máximo todas las demostraciones de descontento de los sectores populares, pero todo ello no sirvió de nada cuando la gente rompe las barreras de la regimentación. Ya el avisar con anticipación cuándo iban a la huelga, el no interrumpir el tránsito con movilizaciones, es decir la llamada “civilización de las huelgas”, la gente hoy las pasó por arriba. Basta con ver las imágenes de las movilizaciones obreras en Europa, que aunque pocas aún nos llegan.

Aquellos que pregonaron durante todos estos años, el fin de las ideas, el fin de los trabajadores y el “nuevo sujeto social” se quedaron sin teoría.

Hoy nuevamente son los trabajadores, la juventud desocupada, los jubilados con pensiones miserables, los que se ponen nuevamente en las calles con sus reclamos.

Bueno es decir que las masas hoy beligerantes no solicitan aún el cambio del sistema capitalista, ni luchan por ello, sino que simplemente se rebelan frente a la crisis. Pero las esperanzas de la vuelta a las condiciones de vida anteriores, se irán desvaneciendo cada día más, y será allí, en el fragor de sus luchas y sus debates que irán madurando las condiciones políticas que harán ver “con luces altas”. Por lo tanto las y los trabajadores del mundo ya no de Europa tienen el deber de solidarizarse con el próximo 14 de noviembre europeo. Como dice la canción de Serrat “es que los trabajadores no se han enterado que Marx está muerto y enterrado”.

Hoy la lucha de clases está al rojo vivo en Europa. Habrá que evaluar y monitorear muy de cerca, estemos donde estemos, el curso de los acontecimientos, no como simples “mirones” sino tomando posición frente a los hechos.

Los cantos de sirena de la conciliación de clases muestran una vez más su inviabilidad; hoy los trabajadores europeos, los mineros africanos, los estudiantes de Chile así lo demuestran.

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